Hoja

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Siguieron caminando hasta llegar a la ciudad, paseando sin un rumbo específico. En ocasiones, el joven entrenador corría de una esquina a otra porque deseaba mostrarle con detalle algún aspecto de interés a Mimikyu.
El rubio se quedaba de pie, quieto, mientras iban y volvían. Pasaron junto al Centro Pokémon, deteniéndose una vez más a observar cosas llamativas. Gladio se apoyó cerca de los arbustos tras el Centro Pokémon.

De un momento a otro empezó a escuchar cómo se agitaban las hojas y dirigió la mirada con cautela, extrañado. El ruido se perpetuó durante unos segundos más. Una cabeza empezó a sobresalir.

—¡Eh, Gladio! —saludó Tilo con entusiasmo—. ¡Cuánto tiempo!

—... —le miraba fijamente, en silencio, sin encontrar respuesta a sus preguntas—. ...¿Qué haces ahí?

—¡Ah! ¿Esto? Es un entretenimiento especial. Intento hacerme uno con la naturaleza, como los Tapus —rió—. ¡Ah, sí! ¡Siento lo de la última vez! ¡Había quedado con mi abuelo para entrenar y se me había olvidado de lo mucho que me estaba divirtiendo! Fui tan rápido que conseguí llegar a tiempo, jeje... ¡Por los pelos!

—Sobre eso... —murmuró, acercándose a quitarle las pequeñas ramas y hojas que se enredaban en su cabello—. Sal de ahí, anda.

—¡Oído! —dijo, saliendo del arbusto de un salto—. ¿Hoy no te acompaña Sun?

—Sí, está por allí —le señaló al frente—. Está... No sé qué está haciendo.

El rubio empezó a caminar hacia donde estaba el joven entrenador, por lo que Tilo le siguió. Cuando estuvieron cerca, el peliverde le rodeó y le saludó enérgico y sonriente, acercándose con confianza.

—¡Ah! —se sorprendió, dando unos pasos hacia atrás—. ¡Un Mimi...! —el Pokémon se apegó a Sun, nervioso— ¡Oh, no! Lo he asustado. ¡Lo siento! —se disculpó, alejándose un poco más.

Sun acarició con cariño al Pokémon que, aunque se empezaba a calmar, seguía pegado a él. Gladio se colocó entre ambos, rodeando a Tilo con el brazo. A éste lo tomó por sorpresa, pero hizo lo mismo con total ingenuidad y afecto. La intención de aquello era mostrarle a Mimikyu que no era una amenaza, y pareció funcionar.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora