Encierro

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Tras apartarse de la puerta, Gladio estiró el brazo y apoyó la mano sobre el pecho de Sun. Inmediatamente se movió para el frente, empujando a Sun hacia atrás y haciéndole caer sobre la cama.

Aún sin dejar de hacer fuerza sobre él, Gladio subió a la cama y se colocó sobre Sun, de manera en que éste no podía huir ni podía tratar de iniciar un forcejeo.

—¿A qué se debe tu visita? —preguntó el rubio en un murmullo.

—Yo--… —trató de hablar, aunque fue rápidamente interrumpido.

—Te dije que procuraría vengarme la próxima vez que nos viéramos —le recordó—. ¿Tantas ganas tienes de que te castiguen?

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora