Trenzado

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Sun se deshizo del trenzado de sus dedos únicamente para pegarse aún más a su cuerpo en el abrazo que ya había formado con el resto de sus extremidades. Inclinó la cabeza de manera en que su rostro estaba totalmente protegido del exterior, y podía sentir así todo el calor que en aquel pequeño espacio confinado ascendía hacia su piel.

Gladio se sentía cada vez más ensimismado en el movimiento que ejercía sobre él aquel pequeño cuerpecillo que le rodeaba. Empezaba a olvidar que seguían de pie, sobre la arena, en mitad de la playa, durante el atardecer de un día cualquiera. Su cabeza optaba por ignorar todo aquello. Había cerrado los ojos, su nariz estaba ocupada descifrando qué adjetivos encajarían a la perfección con lo que percibía, y sus labios se limitaban a notar un ligero ardor. Aún trataba de espaciar su oído del ruido externo, y creyó estar tan embriagado por la intimidad tan próxima y cálida que había entre ellos, que empezó a escuchar unas voces distantes que hablaban extraño y a las que no terminaba de prestarles la suficiente atención.

...tío... —le pareció oír—. ¿Ese... ...rubio... ...no?

¡Bah!,... ...tontainas... ...pringao.

¡¿Pringao?! —soltó un suspiro al darse cuenta de que ni en aquella situación terminaba de quitarse los recuerdos del Team Skull e insistió en vaciar su mente—. Ese... ...ahí... ...te vencería... ...pestañear. Estás tonto si...  ...colega. Te... ...chillar... ...pronto... ...mega.

¡...no... ...crees... ...tú! ...lumbreras... Esos... ...yo... ...tuntún...  Las veces que quieras.

El rubio ladeó la cabeza hacia un lado, apoyando la mejilla sobre el hombro de su acompañante. Abrió los ojos y observó la arena, un poco frustrado al haber sido incapaz de ignorar aquellas voces. Por un momento pensó que quizás no era su cabeza jugándosela, y aunque no entendía nada de lo que había escuchado, trató de buscar con la mirada a algún recluta que pudiera haber en las cercanías. Debía ser un recluta. Su inconsciente se había asegurado de percibir las patosas rimas del diálogo.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora