Secuencia

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Abrió el mensaje y un cúmulo de fotografías aparecieron de manera secuencial, pequeños rectángulos en la pantalla.

—¡Ooh...! —murmuró con un gesto sorpresivo, interesado.

Apoyó el dedo un instante sobre una de las imágenes, que se amplió y mostraba la primera fase. No pudo evitar reír. Sus carcajadas fueron en aumento cuando llegaba a las siguientes fases. Burnet se expresaba de una forma bastante similar.

Tilo se detuvo en su recolecta de alimentos y empezó a reír también, recordando lo sucedido en aquello que estaban viendo los Profesores.

—¡Pero míralos, qué adorables! —comentó Kukui cuando ya alcanzaban la última fase—. ¡Esos son mis pequeños entrenadores! ¡Mira, palomita! —hizo una ampliación de una de las fotografías, en donde destacaban las cálidas sonrisas de los tres—. ¿No te parece que tengo mucha suerte?

—Desde luego que sí, cariño —afirmó su esposa con dulzura en sus ojos y una sonrisa en su rostro.

Se habían reclinado hacia adelante y ahora tenían a la RotomDex aún más cerca, bajo sus cabezas. Estaban muy entretenidos en sus pequeñas conversas admirando cada pequeño detalle de cada fotografía. Ignoraban cualquier agente externo.

Los jóvenes amigos estaban ahora al unísono en cuanto a emociones, pues les había subido cierta vergüenza al cuerpo. Tilo aún soltaba alguna pequeña carcajada tonta, por el nerviosismo. Para contrarrestarlo, se levantó de golpe y corrió hasta el acuario. Pegó su rostro sobre el frío cristal y miró atentamente los movimientos de Corsola, ajeno a él. Esperaba calmarse así.

Gladio, cabizbajo, alzó la vista hacia Sun. Se le veía ligeramente tenso. Volvió a bajar los ojos, esta vez observando su mano agarrando el cojín. Con el cuerpo tembloroso, trató de entrelazar sus dedos de nuevo. Consiguió colocar la palma de la mano sobre la suya, haciendo que se relajara. Después dejó caer sus dedos por entre los surcos. Sintió una repentina tranquilidad al hacerlo.

Trató de mirarle una vez más, pero ahora Sun le estaba observando con desconcierto. Seguía ruborizado por el comentario de antes y ahora estaba con aquella mano sobre la suya. El rubio se puso tenso de forma inmediata, apartándose por reflejo. Ahora sentía un ardor en la cara, como antes. Se levantó con decisión y se pegó al cristal del acuario.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora