Reacción

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Gladio reaccionó rápidamente, olvidándose por completo del paisaje y observando ahora el lugar donde había sentido algo posándose. Una mano. Sobre la suya.
No cualquier mano, sino la de Sun.

Se quedó mudo, perplejo. Su boca entreabierta era incapaz de soltar ni un solo sonido. Contenía el aire en sus pulmones mientras su cerebro trataba de encontrar, a gran velocidad, una respuesta apropiada.

Sin embargo, no fue necesario.

Sun actuó sin pensar demasiado, adelantándose a su compañero, y le besó en la mejilla.

Los verdes ojos del rubio se encontraban completamente perdidos, mirando continuamente a distintos puntos del suelo, de la arena y las rocas. Tenía en su campo de visión las dos manos juntas, una sobre la otra, y seguía sin poder moverse a causa de ello.
El joven entrenador, un tanto avergonzado e incómodo, creyó adecuado alejarse de él. En esta ocasión, fueron sus acciones las que acabaron siendo interrumpidas por Gladio. Le había agarrado del brazo, impidiendo que siguiera levantándose. Esta vez podía mirarle a los ojos. Su rostro mostraba una expresión de confuso nerviosismo. Y dejando de lado todos sus densos pensamientos, se alzó para devolverle el beso.

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