Hilo

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Se quedaron de pie, probablemente queriendo evitar repetir la situación de antes. Había sido trabajosa y les distraía de una forma que no pretendían.

Sun se quitó la gorra y dejó caer su cuerpo sobre el de Gladio, apoyándose en él. Tenía la cabeza perfectamente acomodada sobre su hombro y cuello, acolchados por efecto de la capucha negra. Aún mantenían las manos entrelazadas.

Se sentía cómodo. A pesar de la vergüenza que solía recorrerle el cuerpo cuando estaba a solas con él, y de lanzarse muy ocasionalmente a la acción, esta vez estaba relajado. Le gustaba percibir cómo sus cuerpos se unían y compartían su calor corporal. Estaba distraído mirando al cielo cobrizo; y el aroma dulce, un tanto afrutado, que provenía de su acompañante, le hacía perder el hilo de sus propios pensamientos.

Apegó aún más el rostro al pecho de Gladio, colocándose frente a él y rodeándole la espalda aún con la gorra en mano. Éste sintió un ínfimo sobresalto, devolviéndole el abrazo al poco tiempo y acomodando su cabeza sobre el pequeño hombro que tenía ahora delante suyo. El paisaje etéreo que les rodeaba le importaba más bien poco pudiendo estar tan cerca de aquella persona. Cerró los ojos y permitió que el resto de sus sentidos se embriagaran de estímulos externos.

La brisa cálida, el oleaje tranquilo y rítmico, algún lejano gruñido de un Pokémon anónimo, el ardor creciente en su pecho, la presión que ejercía aquella delicada mano sobre su ropa y la suavidad de aquella otra mano en la que había enredado sus dedos, el pelo que jugueteaba a veces sobre su cara...

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora