Encuentro

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Les gustaba esa sensación. El extraño hormigueo que les recorría la estructura de la nariz, la envoltura de los dedos, a veces incluso sobre los hombros. Cada gesto era íntimo, cálido e inocente. Cada gesto les permitía adentrarse en emociones que aún no sabían sobrellevar correctamente, pero estaban en proceso de aprendizaje. No tenían ninguna prisa, y ello se evidenciaba en sus acciones lentas, tímidas, cuidadosas.

Percibían ambos con todo lujo de detalle cualquier movimiento de los labios del otro, por muy sutil que fuera. A veces sus barbillas se rozaban la una con la otra, a veces era la nariz sonrojada de uno la que tocaba la mejilla enrojecida del otro, y a veces sus cabellos se enredaban entre sí pero sin llegar a crearles conflicto alguno.

Sólo habían transcurrido unos pocos segundos, pero daba la sensación de haber durado mucho más. Gladio detuvo el encuentro con cuidado, recorriéndole la mejilla con los dedos y separándose lentamente. Le mostró una pequeña sonrisa, y Sun le sonrió de vuelta.

Recordaron entonces que habían estado acompañados por Rockruff, a quien buscaron con la mirada primero bajo sus propios pies, y después a través del horizonte. Aún no había vuelto. Más concretamente, parecía haberse distraído tanto nadando con el palo entre sus dientes, que ni se había molestado en volver al islote. Estaba pataleando en círculos, con un gesto de felicidad propio de él, agitando la cola. Los jóvenes entrenadores lo observaron y se rieron. Les pareció adorable.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora