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Gladio no sabía muy bien cómo reaccionar a eso considerando que había sido una situación muy tensa y que había provocado un repentino cambio de seriedad tanto de Guzma como del profesor Kukui. Se limitó a darle las gracias por la ayuda y se fue en busca de Sun.

Sus zapatos se hundían sobre la arena, podía escuchar el suave oleaje y la actividad de los Pokémon, los pasos que daba uno tras otro. Miraba de lado a lado tratando de encontrarlo, pero seguía sin tenerlo a la vista. Continuó caminando, hasta que finalmente había llegado a ver su figura: estaba sentado, con la mirada fija en el mar. Se acercó con un poco más de prisa, deseoso de pasar tiempo con él.

—¡Sun! —lo llamó al fin.

Éste se giró al escuchar su nombre, pudiendo observar cómo Gladio se encontraba cada vez más cerca. Apenas tuvo tiempo de reaccionar.
El antiguo miembro del Team Skull estaba parado a su lado, sonriente. Se había agachado y le había quitado la gorra, desordenándole el pelo y poniéndosela a sí mismo. Estaba del revés.

—Buenos días —murmuró el rubio—. Tenía ganas de verte.

Antes de que Sun tuviera oportunidad de hablar, se acercó aún más y le abrazó sin más.

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora