Asiento

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Eligieron un sitio y el rubio esperó a que Sun se acomodara para saber dónde colocarse. Una vez se hubo sentado, Gladio optó por ponerse en el lado inverso, teniéndole visualmente frente a él.
Ambos se apoyaron en la mesa, aún confusos, tratando de comprender el entusiasmo de Tilo mientras observaban despreocupadamente la textura de la mesa.

—Me rindo —murmuró Gladio, echándose hacia atrás en su asiento, suspirando.

Después de un rato reapareció Rockruff, que decidió sentarse junto al joven entrenador. Aún habían asientos libres, pero cuando Tilo se les acercó, sin mucho miramiento, se colocó en uno de los laterales aún completamente vacíos. De esa forma podía ver al resto de sus acompañantes sin tener que girarse.

—No tardarán mucho en traerlas —explicó animoso—; así que, mientras tanto, ¡ya podríais contarme cómo es que estáis juntos!

—¿"Juntos"? —repitió Gladio en un acto reflejo, nervioso.

—Sí, juntos —insistió Tilo—. Ya os vale. Podríais haberme dicho algo desde antes. ¡Pero no pasa nada! ¡A ver, que yo me entere! ¡A cambio os contaré mis aventuras!

Conflicto de interésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora