Conflicto de interés

Costumbre

—Si no váis a decirme nada sobre Kukui, por lo menos explicadme por qué ese Pokémon vuestro parece quererme tanto... —murmuró, inclinándose sobre la mesa y dejando caer su cabeza.

—Es del profesor Kukui —le informó Gladio—. Tal vez te haya visto antes.

Rockruff soltó un tierno ladrido, como queriendo confirmar su hipótesis.

Guzma se irguió de sopetón en su postura, su entrecejo fruncido y su boca rebajada. Colocó rápidamente las manos sobre la mesa con bastante tensión en ellas.

Sun acarició al Pokémon. Tilo no sabía muy bien a quién debía mirar ya, ni con qué expresión mantenerse. Gladio, aún con cierto recelo, observaba al que tiempo atrás hubo sido su líder. Dudó un segundo, pero acabó optando por preguntarle:

—Hemos oído que hay reclutas haciendo barullo por ahí —los ojos negros se fijaron en él mientras mencionaba estas palabras—. También parecen pasar mucho tiempo alrededor del Estadio Royale, ¿qué tienes...

—Eh, eh, eh —le interrumpió Guzma—. Alto el carro, colega. Por ahí no sigas. Sé a dónde quieres ir. Te tengo en alta estima, rubito, no me hagas cambiar de ideas. Mira —su semblante más serio, haciendo una pausa—, yo no sé nada de eso. Nada. Me creas o no, me da lo mismo. Sé lo que hice. Por qué lo hice. El Estadio me importa menos que un Jangmo-o. Si hay alguien moviendo hilos, desde luego no soy yo. Estoy harto. Cansado. ¿Entiendes? Tan sólo quiero ver a Kukui. Lo demás me da igual. Como si la gente quiere seguir odiándome. Qué más da. La costumbre no se va.