Conflicto de interés

Héroe

Pasaron unos pocos minutos que parecían una eternidad, tras los cuales Gladio sintió que alguien le estiraba de la manga. Se giró instintivamente, en busca de respuestas. Una confusa mezcla de sorpresa y desconcierto lo dominaron al ver que era Sun.

Éste, tímido, miró rápidamente al suelo. Dejó pasar unos segundos en completo silencio, logrando finalmente hablar:

—Gracias.

—¿Gracias? —repitió molesto el rubio—. No hay nada que agradecer. Te he ayudado porque así podía conseguir un combate contra ti.

Estaba dispuesto a marcharse, y empezó a alejarse de aquel lugar, pero se detuvo tras unos pocos pasos. Se giró nuevamente hacia Sun, observándolo, analizando la reacción que habría en él cuando formulara otras palabras.

—¿No te molesta que haya estado haciendo esas cosas? —preguntó con verdadero interés en la respuesta—. Acaso... ¿No querrías saber por qué demonios he estado haciendo eso? —hizo una pausa—. Yo... Ni siquiera yo lo entiendo. Y tú no pareces inmutarte.

El joven entrenador mantenía un rostro que resultaba completamente enigmático e indescifrable para el rubio. No había dicho nada. Aún no había logrado, por tanto, ninguna respuesta.

—¿Sabes qué? —decidió continuar tras alzar la mirada por un momento—. Olvídalo. Ya vuelven a buscar la atención del héroe.

Y sin más dilación, Gladio se marchó a través de la playa, bajo la tenue luz de la luna, mientras Sun fue retenido por tres personas que habían ido a darle las gracias.