Hace no menos de una semana, ha pasado una tragedia, la cual lastimosamente es irremediable. Mis padres murieron en un accidente de avión, dejándome solo.
Ellos han decidido viajar para celebrar su aniversario de 15 años de casados a alguna playa alejada de todo. Ya saben, sol, arena, agua salada y deliciosos camarones frescos para comer.
Yo quería ir a ese viaje a como diera lugar, nunca salimos de la casa y yo quería ir a la playa con ellos, casi nunca hacíamos viajes familiares, ahora me arrepiento de eso. Tal vez si hubiera sabido que no los volvería a ver, hubiera podido decir más.
Yo pedí, rogué, hice de todo para que me llevaran a ese viaje, pero ellos se negaban a que yo fuera, excusándose de que era un viaje romántico y no familiar.
Al final no me quisieron llevar a su segunda luna de miel, toda una tragedia, ya que, no solo he perdido la gran oportunidad de visitar un destino turístico, sino que tambien perdí a mis papas en transcurso.
Ellos, tan desgraciados. Aún no olvido que me llamaban todos los días, contándome lo mucho que se divertían sin mí y me recordaban lo mucho que me querían, si hubiera sabido que iba a ser la última vez que les hablaba hubiera podido decirles más.
En el viaje de regreso el avión que los llevaba se estrelló. Me salvaron la vida sin darse cuenta, pero en lugar de dejarme solo unos días me dejaron solo para siempre.
Hoy, es el día del entierro de mis padres.
Ya sabes, comida, gente extraña, y conversaciones bastante incomodas.
Todos comen, con sus caras tristes y hablan de que linda pareja hacían mis padres, pero esos susurros entre las conversaciones me resultaban tan incomodos, el escuchar mi nombre y que mi futuro esta acabado es algo incomodo.
Yo me encuentro en estos momentos sentando en una silla frente al ataúd de mis padres, sintiéndome triste, no cómo está gente que hace fila en el bufete.
—Querido...— Mi abuela, mi pariente más querido, toco mi hombro sorprendiéndome, no me di cuenta que estaba cerca por que estoy mirando al piso—Ya no llores—Rogo, sentándose junto a mi.
Mi abuela pasó su mano por una de mis mejillas, limpiando así una lagrima que se resbalaba sin permiso.
—Pero abue... —Solloce—Ya no tengo a mamá... ni a papá...—Vuelvo a sollozar—¡¿Que va a ser de mi?!— Dije yo tallándome la cara para quitar mis lagrimas, las cuales no podían cesar, al igual que mis hipeos.
Ella me ha abrazado, y yo inmediatamente le he correspondido el abrazo.
—¿Ahora quien me va a cuidar...?—Hipeé un poco, no pudiendo calmar mi respiración al seguir escuchando esos susurros, los cuales, ya no sé si son mi imaginación o realmente son de las personas de al rededor—Me voy a quedar solo— Abracé un poco mas fuerte a mi abuela, apretujándola, pero ella no se inmuta, me abraza de igual manera.
—No te preocupes querido, ¡Tú te quedarás conmigo!—Dijo en un tono acogedor y alegre, sin romper el abrazo, tratando de subir mis ánimos.
—¡¿De verdad?!— Exclamé sorprendido, ya que, yo había planeado mi vida en una casa hogar y ya había hecho mis planes para vivir bajo un puente.
Rompí abrazo y la miré a los ojos, la verdad no esperaba que mi abuela se ofreciera a cuidar de mi, ya que, el que diga que me quiere mucho y el mantenerme son cosas muy distintas.
—¡Claro que si!—Respondió entusiasta—Terminando esto, vamos a casa. Así podrás descansar un poco—Me dijo con una gran sonrisa para que dejara de llorar, lo cual ha terminado funcionando
ESTÁS LEYENDO
Mi Tío
RomanceSebastian perdió a sus padres repentinamente y su único familiar dispuesto a cuidarlo, su abuela, vive con su tío, pero ellos no tienen una buena relación ¿Que pasara en esta casa de locos?