Capitulo 10:

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Al Fernando llegar a la casa, ya no ha podido mas, ha aventado sus tan preciadas llaves a la mesa del comedor, y se ha recostado sobre el sillón, harto de todo lo que le ha pasado en tan solo un día.

Linda y Sebastián se encontraban en la cocina, por lo que Fernando no se preocupaba mucho en estar presentable o en portar una buena postura, y se concentraba mas en su comodidad, en tener un segundo de descanso, y en intentar olvidarse en la gran suma que ha perdido en medicamentos y hospital. Por lo cual, Fernando intentaba concentrarse en la comodidad que le traía quitarse sus zapatos, y buscando mas relajación, se ha dispuesto a agarrar el control remoto del aire acondicionado, para disfrutar mas este ambiente.

En eso, Sebastián ha salido de la cocina, con su vaso de agua ya antes mencionado y sus 2 mencionadas pastillas para su nueva enfermedad. Linda iba atrás de Sebastián, empujándolo en dirección a su cuarto para que se vaya a dormir, ya que, a pesar de que no era tan tarde, ya era una hora contundente para que Sebastián durmiera.

Cuando Fernando logró escuchar como Sebastián cerraba la puerta de su cuarto, este ha suspirado, y segundos después, este suspiro fue acompañado por Linda, la cual, igualmente cansada de estar todo el día fuera de casa, se ha sentado con Fernando en el sillón. Linda miraba a Fernando fijamente, como si quisiera decir algo importante, pero a Fernando no le importaba mucho, él tenia bastante para decir en ese momento, y no quería escuchar algo que lo incrimine por la enfermedad a un ajeno o tal vez un regaño acompañado de una advertencia.

—Entonces ahora resulta que aparte de que tiene que vivir aquí por qué no tiene a dónde ir, ¡Está enfermo! Nunca habías hecho una tontería tan grande como esta— Fernando ha roto el silencio que había entre esos dos, haciendo molestar a Linda porque la llamaron tonta.

—Deja de decir esas estupideces—Regañó—Que no ves que esto me tiene muy preocupada. Sebastián va a necesitar medicamentos, tiempo, y bastantes atenciones. Con mi pensión y  no va a alcanzar para nada—Linda ha puesto una mano en su frente en señal de preocupación por esta pésima situación, y lo que parece una insuperable adversidad, pero Fernando solo vio en su madre un chantaje.

— Que insinúas mamá, yo no pondré ni un centavo por tu estupido niño huérfano— Fernando creía saber a donde estaba dirigida la conversación, y después de el desfalco de hoy, no quiere seguir cargando con esa responsabilidad que él nunca pidió. 

—Ahora toma en cuenta que no somos dos los que vivimos en esta casa, somos tres, y nos tenemos que apoyar por qué somos una familia—Fernando no estaba tan alejado con sus suposiciones, Linda quería mas apoyo financiero para poder sustentar a Sebastián.

—Por eso no quise que trajeras a ese niño tonto, para no tener que cargar con el, yo nunca estuve de acuerdo con que lo trajeras a vivir aquí, ahora lo cuidas tú— Fernando se molestaba con tan solo pensar  que después de oponerse tan rotundamente a la mudanza de Sebastián a su casa, ahora tenga que darle dinero y mantenerlo, cosa que ya hacía, pero no a ese costoso nivel.

—Cuál carga ni que nada, aquí todos somos familia, aquí no estamos para insultarnos de esa forma—Si Linda pudiera sola, no estaría pidiendo dinero—Si yo fuera la que tuviera exactamente este mismo problema, estoy segura de que me hubieras ayudado ¿Por qué no puedes hacer lo mismo por él?—A Linda se le partiría el alma si no puede ver a Sebastián crecer feliz y saludable.

Fernando no se lo ha tomado para nada bien, esto era un chantaje en todo el esplendor de la palabra, y no podría permitir que lo usen de esa forma.

—¿Que insinúas mamá? ¿Si no te doy dinero me vas a echar? Pues yo no me voy a ir a ningún lado, he vivido aquí durante muchos años, además yo ayudo económicamente, en todo caso el que se va es tu nieto, él no aporta nada, solo consume el dinero en el que yo trabajo— Fernando parecía hacer una rabieta, pero no era así, el estaba a punto de explotar de la ira que le causaba los problemas con los que venia acompañado Sebastián, y en que él era el que parecía tener el trabajo de solucionarlos todos.

Fernando se ha levantado del sillón, molesto, harto de no ser tomado en cuenta por su madre al momento de tomar este tipo de decisiones, y enojado por no poder encontrar la paz y comodidad que buscaba al sentarse en aquel sillón.

Molesto por lo hablado, Fernando se ha ido a su habitación. Él no podía creer el cinismo con el que su madre le pedía dinero, y le molestaba mas que después de haber pagado la cuenta millonaria del hospital, encima de todo le pidan mas. Fernando odia la idea de mantener a su sobrino y de mantener su para nada esperada enfermedad.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora