La señora linda, mejor conocida como la abuela de Sebastián, después de que su hijo y su nieto fueran a sus labores matutinos se quedó sola en su casa.
Ella en este momento esta lavando los platos del desayuno, mientras piensa en su hijo y en su nieto.
Ellos piensan que no se da cuenta de cada riña que tienen, de todo el odio que se tienen uno en el otro, pero si se da cuenta, hasta ha llegado a pensar que fue una mala idea traer a Sebastián a vivir a su casa, ya que, cree que solo lo ha traído a un mal ambiente, cree que puede mal influenciar su desarrollo, y no sabe como detener a Fernando, su hijo, para que no se pelee de esa forma tan horrible con su nieto, Sebastián.
Mientras pensaba en soluciones, en que hacer, y como evitar todo esto, ha comenzado a sonar el teléfono de la casa.
La señora linda se ha apurado en dejar listos esos últimos platos que le quedan por lavar, se ha secado las manos en lo que llegaba al teléfono, y ha atendido aquella llamada tan insistente que entraba al teléfono de su hogar.
Al ver el identificador pone una cara de satisfacción, es su hermana, la cual, no ha visto en mucho tiempo, moría por hablar con ella desde hace unos cuantos años, pero tenía tantas cosas en su vida que siempre lo olvidaba, así que no dudó en responder el teléfono, emocionada por saber noticias de aquella hermana tan desaparecida que ha tenido.
Levantó el teléfono rápidamente y lo puso en su oreja para así saludar a su hermana.
Al levantar el teléfono ella ha escuchado una voz que no es de su hermana, es una voz de una mujer que se oía más suave, pero diferente y desconocida a los oídos de Linda.
—Hola—Comenzó a hablar la voz del otro lado del teléfono, la cual, Linda aun no podía reconocer—Quisiera hablar con la señora Linda—El numero y llamada no estaban mal, la buscaban a ella.
—¿Quién habla?— Dijo Linda en un tono dudoso, ¿Quién llamaría buscándola desde el número de su hermana? Ella pensaba qué tal vez una mujer había secuestrado a su hermana, y no lo dudaba, ya que como su hermana y ella ya son mayores no le sería difícil a un secuestrador hacer su trabajo.
—Soy yo tía, tu sobrina Adriana—En eso, Linda la interrumpió al recordar de quien se trataba.
—¡Adrianita!—Exclamó Linda—Hace mucho que no me hablas, la última vez que te vi fue en el bautizo de mi nieto, ¿Cómo has estado?—Linda sintió un gran alivio que solo era su sobrina favorita y no un secuestrador en serie pidiendo dinero para un rescate.
—Bien tía, gracias—La voz de aquella mujer sonaba avergonzada de las palabras de Linda—Te llamaba por qué necesito un favor—Lo dijo en un tono serio, lo cual angustiaba un poquito a la señora Linda, hablar después de tantos años sólo para pedir un favor le preocupaba, tal vez no iba a pagar un rescate, tal vez su hermana tenía problemas de dinero, pero si es de esa manera, Linda no dudaría en dar todo lo que tiene por el bienestar de su hermana.
—¿Que pasó?—Dijo Linda en tono serio, ya un poco más preocupada.
—Es que mi mamá se enfermó y necesito ayuda para cuidarla, ella me ha pedido que te llame a ti, es un poco especial, ha echado a todas las enfermeras que he contratado para que me ayuden a cuidarla, e insiste en que tú específicamente vengas con nosotras, ella cree morir pronto, pero yo se que no es así—Se ha explicado mejor
—¿Y que le pasó?—Dijo con el mismo tono serio, ella imaginaba lo peor en ese momento.
—Nada, la operaron hace poco por piedras en el riñón, pero yo no puedo trabajar y cuidarla, por eso te preguntaba si podías venir—Realmente eso no era tan poca cosa, esas operaciones con gente tan mayor podrían llegar a ser sumamente riesgosas.
—Está bien, iré lo más pronto que pueda—Linda sabía lo que esa respuesta traería de consecuencia, pero Linda por el bienestar de su única hermana haría lo que sea.
—¡Gracias tía! Te hablo luego, adiós—Después de decir eso, pedir su gran favor, ella colgó.
Linda dejó el teléfono y siguió en lo que estaba, pero muy pensativa. ¿Cómo le va a hacer para hacer un viaje tan largo dejando a su hijo y a su nieto solos sabiendo lo mal que se tratan?
Volvió a sonar el teléfono pero ya no lo contestó, por que era un número desconocido, sonó otras 3 veces más pero ella decidió ignorarlo y seguir limpiando su casa, ella no creía en los números desconocidos, ella pensaba que todos los números desconocidos son secuestradores o dadores de malas noticias, por eso, para la señora Linda, es mejor no contestar los números desconocidos por qué es de mala suerte.
Mientras tanto, la secretaria de la escuela de Sebastián estaba con un nudo en el estómago, no sabía cómo iba a decir que Sebastián se desmayó y lo llevaron al hospital. La secretaria no entendía por qué ella siempre tenía que ser la dadora de malas noticias. Nunca recibes un llamado de la escuela para decir "Buenos días, usted tiene un magnífico hijo, le agradecemos que nos bendiga con la presencia de su bendición" La secretaria sólo hacía llamados de "Buenos días, su hijo está suspendido" o "Buenos días, su hijo se ha roto 3 huesos y va para el hospital", como en este caso pero no tan extremo. Además de que en el número de su casa no contestaban, eso solo la ponía más nerviosa.
Decidió insistir por última vez, pero al no haber respuesta decidió buscar otro número, aunque ella preferiría dejar este complicado trabajo a otra de sus compañeras, solo que estas estaban con papelería y trabajos un poco mas importantes que el que desempeñaba ella en ese mismo momento.
Buscó entre sus cajones y encontró la carpeta de Sebastián. Buscando un poco, encontró otro número, el cual ha sido dado recientemente, ha sido bastante confusa la papelería de Sebastián por sus difuntos padres, tanto que ella casi por error llama a el numero de su ya difunta madre. Qu vergonzoso.
Tecleó el número en el teléfono fijo de su oficina y comenzó a marcar. A los pocos segundos contestó una voz amable y tranquila.
Era el tío de Sebastián, Fernando.
—Buenos días, ¿Que se le ofrece?—La secretaria no sabía cómo decir eso, así que agarró aire y puso el tono más serio posible.
—Hola buenos días, llamo desde la escuela de Sebastián, ¿Usted es su familiar?
—Si, ¿Por qué?— Desde que mencionaron a su sobrino, sabía que no lo llamaban para nada bueno.
Es decir, nadie llama para decir que tú mocoso es el mejor. El solo podía pensar en que de seguro lo suspendieron y lo llamaban para que fuera por el, comenzaba a odiar lo molesto y acaparador que llegaba a ser Sebastián con su tiempo, y eso que no han vivido juntos menos de una semana.
Mientras él imaginaba cosas, la tímida secretaria no hallaba las palabras, entonces decidió decirlo como es.
—Sebastián se desmayó en el receso y hemos tomado la decisión de llevarlo al hospital, el está en el hospital central, mandare las especificaciones de como llegar por su correo registrado— Dijo según ella sonando sería pero se notaba todo el nerviosismo en su voz.
Después de decir eso se formó un silencio bastante incómodo que solo ponía más nerviosa a la secretaria
Unos segundos después volvió a hablar Fernando
—Muchas gracias por la información, que tenga usted un lindo día—Después de eso colgó. Molesto a mas no poder.
La secretaria soltó un suspiro de alivio al por fin terminar esa conversación tan incomoda y siguió con su papeleo asignado.
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Mi Tío
RomanceSebastian perdió a sus padres repentinamente y su único familiar dispuesto a cuidarlo, su abuela, vive con su tío, pero ellos no tienen una buena relación ¿Que pasara en esta casa de locos?