Capitulo 67:

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—Dani... ¿Por que lloras?—Preguntaba su madre al haberse encontrado a Dani llorando en su cuarto.

No era la primera vez que su madre veía así a Dani, últimamente Dani se la vive así. Llorando. Y esto le preocupa mucho a su madre.

Dani tiene miedo, miedo de decirle a su madre por que llora, porque esto involucra su nueva orientación sexual y que tiene un novio, aunque lo del novio no esté funcionando.

Dani sabe que su madre es muy conservadora, no sabe de que sería capaz si ella se entera de todo.

—Dani... por favor, dime, ¿Que pasa?—Repitió su madre, a ella le preocupaba verlo así, triste. Normalmente Dani no es así, y que de repente se la pase llorando hace pensar lo peor a la mamá de Dani.

Dani tomó aire, si quería que su madre no estuviera intranquila, tenía que contestarle.

—Es que...—Dani sollozó—Yo...—Dani se limpió un moco con la mano—¿Crees que estoy gordo?—La mamá de Dani abrió grande los ojos.

—¿Eso era todo?—La mamá de Dani miraba a Dani incrédula—¿Has estado llorando por que crees que estás gordo?—Dani no paraba de llorar.

—No me contestaste—Soltó Dani—Tu también lo crees ¿verdad?

—¿Quien te metió esas tontas ideas a la cabeza? Dímelo—La mamá de Dani tomó a Dani por los hombros y lo obligó a mirarla a los ojos.

—El vagabundo del parque me dijo gordo—Dani se sentía como una mierda por haberle mentido a su madre mirándola a los ojos, pero ¿De que otra tenía? Si le dice la verdad ella se decepcionaría de él.

A la madre de Dani se le escapó una sonrisa, Dani fingió haberse ofendido por esto, la verdad no le importa que su madre se ría de su historia inventada. Pero si demostraba demencia no le creería.

—¿Por la opinión de un viejo sin casa estas llorando?—La madre de Dani ya no solo sonreía, sino que también se carcajeaba por lo dicho por su hijo.

—Si—Soltó Dani por lo bajo haciendo que su madre riera más fuerte, a tal punto que ya se sobaba la panza.

—Ay—La madre de Dani paró de reír y se limpió una lágrima que le había salido por la risa—Eres un tontito ¿Sabias?—Dani frunció el ceño—No deberías llorar por tonterías, ven—La mamá de Dani no espero respuesta, solo lo jalo hacia ella y le limpio las lágrimas a Dani, aunque después de que terminó de limpiarlas salieron mas—Deja de llorar—La mamá de Dani volvió a secar las lágrimas de Dani—Mejor dime ¿Que quieres cenar?

—Pollo—Soltó Dani por lo bajo.

—¿Pollo?—A la mamá de Dani se le salió una sonrisa, ya que ella cree que la razón de su llanto es porque está gordo, y pedir pollo tan tarde le causa gracia.

—Si—Dani se cruzó de brazos—Nuggets de pollo.

—Pues nuggets de pollo será—Complació la mamá de Dani—Vuelvo enseguida—La mamá de Dani le dio un beso en la frente a Dani y salió de la habitación.

En cuanto la mamá de Dani salió de la habitación, a Dani le llegó un mensaje en su celular.

Dani sin dudar ha desbloqueado el teléfono y ha entrado a mensajes para ver de quien se trataba.

"Te veo mañana en mi casa. En cuanto salgas de la escuela quiero que vengas" decía el mensaje, es obvio de quien es ¿No?

Por otro lado, Sebastian ayudaba a su tío a bajar las maletas del auto. Después de pasar 2 días en un hotel, por fin podrían vivir en una casa.

En realidad la casa era un departamento, era muy lindo y muy bien arreglado. Era más chiquito que en su anterior casa, pero era lo suficientemente grande para los dos, ademas de que tenía un toque más moderno que su anterior casa.

—Es lindo ¿no?—Dijo Fernando que estaba atrás de Sebastián cargando maletas.

—Si...—Dijo Sebastián embobado por lo lindo y elegante que era, su vista estaba perdida en un gran ventanal que daba vista hacia el exterior.

—Que bueno que te guste—Fernando bajo las maletas que tenía en sus manos y le dio un beso en la frente a Sebastián.

—¿La cocina tiene comida?—Preguntó Sebastián cuando vió la cocina a su derecha.

—No—Respondió Fernando—Tenemos que ir al súper a comprar cosas.

—¿Ahora?—Preguntó Sebastián con un tono de flojera.

—Si quieres mañana pero, ¿Que vamos a cenar?

—Pues no se, igual y no tengo tanta hambre, puedo comer hasta mañana—Argumento Sebastián.

—¿Sabes que quiero cenar?—Preguntó Fernando con un tono pícaro.

—¿Que?—Dijo Sebastián inocente, no había captado la insinuación.

—A ti—Sebastián abrió grande los ojos y Fernando sorpresivamente comenzó a besarlo.

Sebastián correspondía al beso torpemente, hasta que las palabras de su abuela vinieron a su mente, el cómo los corrió de su casa por justamente estar haciendo esto.

Sebastián se separó jadeante y Fernando le acomodaba los mechones que caían en su frente.

—Y ¿Donde voy a dormir?—Pregunto Sebastián desviando la atención.

—Pues tienes tu cuarto—Fernando apuntó hacia una puerta—O tienes el mío—Fernando apuntó hacia otra puerta.

—¿Mi cuarto?—Dijo Sebastián algo sorprendido, la verdad Sebastian no esperaba tener un cuarto para el solo.

—O el mío—Sonrió pícaro Fernando.

—Creo que me quedaré en mi cuarto—Lo medito Sebastián—No quiero molestarte

—Tu nunca molestas—Fernando beso su frente—Puedes quedarte donde tú quieras, todo aquí es tuyo—Fernando soltó una sonrisa—Hasta yo—Sebastián se sonrojó por la insinuación de su tío.

—M-Mejor voy a acomodar esto—Sebastián cogió sus 2 maletas del suelo y rápidamente las llevó hacia la que su tío decía que era su habitación, cuando estuvo adentro de esta, cerro la puerta tras de sí.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora