Capitulo 4:

8.2K 616 118
                                    

Después de lo que ha pasado en la mañana, no ha pasado nada en especial, nada nuevo, las clases transcurrieron con total normalidad. Se supone que mi tío va a pasar por mi para llevarme a la casa, hemos acordado en casa con la abuela que esa seria la rutina de ahora en adelante, que es lo mas conveniente para todos, pero honestamente, no creo que lo haga; no creo que mi tío venga a recogerme a la escuela, por lo cual, he decidido anticiparme, y si viene, puedo darme por vengado por lo que ha pasado ayer.

Me he despedido de Dani y he emprendido camino a casa, dispuesto a llegar temprano a casa, tengo tantas ganas de recostarme y dormir un poco, esto a pesar de que el día ha sido relativamente normal.

Llegue a casa temprano, como lo habia esperado. Mi abuela estaba cocinando, así que solo la saludé para no molestarla mucho mientras está tan ocupada.

Fui a dejar mis cosas a mi cuarto, y a cambiarme por algo más cómodo, ya que, el día de hoy lo tenia relativamente libre, y lo usaría todo en holgazanear. 

Cuando termine de cambiarme, me dejé caer en mi cama, disfrutando de este momento tranquilo, y dejando que el agotamiento que habia juntado de la nada, desapareciera.

Me gusta mucho mi cuarto, es mas grande que el que tenia antes, la cama es enorme, se duerme muy cómodamente en este nuevo y conocido lugar, además de que la cama es más esponjosa, es muy cómoda, es mi parte favorita de la casa.

Después de media hora de disfrutar de este pacifico lugar, la abuela me llamó para comer, pidiendo con un grito que bajara. 

Me puse de pie, salí del cuarto, bajé las escaleras y olía delicioso. Chiles rellenos.

No son mis favoritos, pero son la especialidad de mi abue, creo que son los favoritos de mi tío, el cual, en cuanto lo llame con la mente, apareció por la puerta.  

A ese odioso preferiría no haberlo visto nunca, era una fortuna que tuve la dicha de no verlo desde la mañana por ir a la escuela. Por mi que ni venga a la casa, entre menos lo vea más feliz soy.

La abuela sirvió la comida y yo le ayude a poner la mesa. Nos sentamos a comer, pero mi tío desde la puerta de la casa, parecía molesto conmigo, me miraba como si me quisiera matar, y bufaba como si fuera un animal salvaje, pero lo ignore.  

Por lacara que trae, preferiría no dirigirle la palabra, es obvio que quiere pelear.

El se dirigió hacia mi y me agarra del brazo, al parecer sin importarle que la abuela estuviera ahí, ya que no se molestaba en disimular que estaba molesto conmigo, pero si teniendo la decencia de arrastrarme hacia afuera de la casa, para que la abuela no presenciara lo que parece ser una pelea.

En cuanto a jalones me llevo afuera de la casa y cerro la puerta, fui el primero en hablar, o mas bien gritar.

—¡¿Que te pasa estupido?!—Le grite a mi tío muy enojado en cuanto supuse que la abuela no nos escucharía.

—¡¿A ti que te pasa idiota!?—Me gritó de regreso—¡Se supone que iba a pasar por ti hoy!—Ha dicho jaloneándome de un lado a otro con mi brazo de rehén, a lo que yo quito su mano de mi brazo, para defender este.

—¿Y eso que?—Fernando, mi tío, se ha puesto rojo, molesto por mis palabras y acciones, ya que, lo deje botado en la escuela. Tengo que admitir que su cara molesta es graciosa.

—¡COMO QUE "¿Y eso que?"—Imitó mi voz— ¡TE ESTUVE ESPERANDO POR MEDIA HORA AFUERA DE TU ESCUELA!—Grito tan molesto, que parecía un perro, ya que, cuando gritaba, saliva salía acompañada.

—Ah—Sonreí inocente, fingiendo demencia, y simulando que no habia hecho nada malo—Pensé que lo de "Voy a pasar por ti" era un invento para quedar bien con la abuela, entonces me adelanté y vine solito—Explique sin culpa—Perdón ¿Si? Tómalo como que estamos a mano, ¿Te parece?—Era un cínico por poner condiciones, y estas palabras habían sacado de sus casillas a Fernando, mi tío.

—¡SI NO IBAS A REGRESAR CONMIGO, PUDISTE HABERME AVISADO!  ¡¿CREES QUE NO TENGO COSAS QUE HACER?!—Gritó a lo cual yo hice caso omiso.

—¿Que tienes más importante que hacer a parte de molestar y estorbar?—Me mofe, importándome poco mi intento de disculpa anterior.

—Olvídalo mocoso—Tosió un poco por gritar tanto—A ti lo tonto no se te quita—Abrió la puerta y me empujó hacia adentro, dando por concluida la discusión, para seguido de esto, él entrar a la casa y cerrar la puerta.

Ambos cuando entramos al comedor, mi abuela nos miró raro.

—¿Qué se traen?— preguntó mi abuela dudosa al ver nuestra complicidad.

—Nada— Dijo mi tío con su cara de moco indiferente, adelantándose a cualquier cosa que pudiera decir, y se sentó en la mesa, a lo cual, yo hago lo mismo.

Mi abuela no parecía querer preguntar mas, así que comimos en silencio, un silencio agradable, e intentando no dirigirnos la palabra para nada. 

Cuando todos acabamos, todos tomamos nuestros caminos, yo me fui a mi cuarto a dormir, no sin antes ayudar a recoger los platos, ya que ese idiota ha estado diciendo que  soy un arrimado,  no lo soy, ahora no puede poner excusa para seguir diciéndome eso.

Por otro lado, mi tío se fue a leer el periódico y mi abuela lavaba las cacerolas que usó para hacer la comida.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora