Capitulo 35:

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Narra Sebastián:

Llegamos a la casa, la cual estaba vacía, obviamente, y en absoluto silencio, todos los focos estaban apagados y todos los muebles y el piso incluido tenían una ligera capa de polvo en la superficie. Como que mi tío no sabe que es sacudir.

Entre yo primero y seguido de mí mi tío, el cerró la puerta y yo corrí rápidamente a la cocina. Muy entusiasmado abrí el refri pero el refri solo tenía un limón exprimido, regrese desepcionado con mi tío quien aún estaba en la puerta y le dije

—Tengo hambre—agarre su brazo y lo empece a jalonear.

—Yo también— Terminó de cerrar la puerta y fue al comedor donde había una pila de revistas, el me dio una y el agarró otra— Cuando encuentres algo que quieras comer me dices— El se sentó en el sillón y se puso a ojear la revista, yo abrí la mía y me senté en una silla del comedor.

Estaba aburrido, la revista solo era de anuncios y tenía pocos de comida, la mayoría anunciaban locales de teléfonos o cosas así.

Ya me iba a rendir cuando iba por mi quinta revista hasta que mi tío dijo.

—Ven, encontré algo—Me levante de la mesa y me senté junto a él. El me dio la revista y me apunto a donde quería que leyera.

El lugar anunciaba carne azada y hamburguesas, yo ya no quería buscar más así que le dije que si.

El tomó el teléfono y pidió la comida entusiasmado yo solo balanceaba mis pies en el sillón de un lado a otro.

Mi tío colgó el teléfono y me dijo

—La comida llega en 20 minutos, tu vete a bañar que apestas a hospital—Agarro mis manos y me levanto del sillón, yo mirándolo extrañado obedecí a lo que dijo y subí las escaleras a paso lento.

Primero fui a mi cuarto por ropa, bueno pijama, unos pants holgados y una camiseta que estaba encima de mi cama hecha bolita, ¿cuanto llevara ahí si me fui una semana? No importa.

Me dirigí al baño y dejé todo eso hecho bolita en el lavabo, no sin antes asegurarme de que esté seco.

Encendí el agua y me quite la ropa y me metí abajo de esta, el agua estaba fría, la verdad no me importaba, se sentía bien.

Así que una semana en coma eh, ¿por que no siento que estuve en coma una semana?, siento más bien como si no hubiese pasado nada, como si hubiera ido de vacaciones y estoy regresando o algo así, mi tío se comporta mas amable, no entiendo por qué, ¿como se sentirá? Tal vez se siente culpable o no se, no creo que se sienta culpable. El idiota que no tomó sus medicinas fui yo, ¿donde estarán las medicinas ahora que lo pienso? Mi abuela dijo que iban a estar en la cocina pero yo no las he visto.

Termine de bañarme y lo más rápido que pude me puse la ropa del lavabo, salí del baño y fui hacia abajo bajando las escaleras de 2 en 2 para llegar más rápido, muero de hambre.

Cuando llegue abajo solo estaba mi tío en el sillón leyendo el periódico y la misma pila de revistas en la mesa del comedor.

Decepcionado fui a la cocina a paso lento, tengo curiosidad de dónde habrán quedado esas medicinas.

Entré a la cocina y me puse a supervisar la alacena, también encima del refri, adentro del horno, por si acaso, y en los cajones de los cubiertos, pero nada.

Se me ocurrió ver atrás de la alacena, donde quedaba un hueco lleno de polvo y ahí al fondo de veía un frasquito empolvado con una jeringa que obviamente ya no se va a usar.

Me bajé del mueble y con todas mis fuerzas intente moverlo para recuperar mi frasquito.

El mueble no cedía así que fui por un gancho a mi cuarto y con eso lo pude sacar, la jeringa ahí la dejé, me dio flojera sacarla, y me niego rotundamente a usarla.

Fui con mi tío y le puse el frasquito en la cara.

—Mira lo que encontré—El quito el frasquito de su cara y dejó el periódico a un lado para verme.

—¿Que es?—Le extendí el frasquito y el lo tomó lo analizo por unos segundos y dijo—Una medicina caduca, ¿que con eso?

—¿Ya caducó?— le quite el frasquito y me puse a buscarle la fecha de caducidad, y efectivamente, estaba caduca, pero no de hace mucho, de solo algunos días.—Era mi medicina perdida

—Ah—Volvió a tomar su periódico—No te la vayas a tomar, ahí en la bolsa de la entrada hay otras—Señaló con su dedo índice una bolsa de plástico que estaba en una mesita de la entrada y volvió a dirigir su vista al periódico.

Fui a la entrada por la bolsa y en la bolsa había muchos frasquito de diferentes colores junto con una hoja con letra de doctor que no se entendía nada.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora