—¡¿Ya viste!?— Exclamaba Valentina, agitando a su necesaria cómplice, alabando por esta gran iniciativa de traerlo a su casa.
— Si, ¿Y?—La chica se encontraba cansada de tener que hablar por tanto tiempo con el pesado de Sebastián, quería descansar un poco de su forzada amabilidad.
—¡¿Y?! ¡Ya lo logramos! La otra parte del plan hay que hacerlo la próxima semana, para que el tenga suficiente confianza—Valentina estaba que no podía con la felicidad de que todo le salga tan bien como ella desea.
—No es un perro, y no creo que ya tenga "confianza" para la próxima semana— Dijo la chica haciendo esas comillas en el aire, rogando por tener que ver menos al insistente y meloso Sebastián.
— Si la tendrá ¡Ay!—Exclamó—Estoy tan feliz de que esto está saliendo bien—Valentina no se contenía ni un poco.
Por otro lado, Sebastián aun estaba afuera de casa de Valentina, aquel extraño, el cual, según sus informes, se llama Adrián, no ha parado de hablar con el, tanto que no ha podido quedarse con su novia, la cual, era la persona segura.
Sebastián después de aceptar el amable saludo de mano de mano de aquella persona extraña para el, no volvió a pronunciar palabra, Adrián, el hermano de Valentina, se quedó hablando solo, mientras Sebastián se limitaba a asentir de vez en cuando, no queriendo llegar al nivel de grosería de dejarlo hablar totalmente solo, aunque eso es lo que hace.
Sebastián intentaba huir de él, pero el hermano de Valentina seguía hablando sin cesar, tal vez queriendo ser amable, Pero Sebastián se ha cansado, tenia dudas sobre aquella persona, y tal vez fingir que le agrada sería mas grosero que admitir que no lo hace.
—Te gusta hablar mucho ¿No?— Sebastián fue grosero sin siquiera intentarlo con fuerza, se denotaba en su tono de voz que no quería escuchar mas, lo cual era algo cruel.
—Supongo—El hermano de Valentina no le ha dado muchas vueltas a ese grosero comentario— ¿Te gusta ser grosero con toda la gente que acabas de conocer?—El hermano de Valentina tampoco es un dejado, así que pagó el comentario con la misma moneda.
—Es mi pasión—Respondió Sebastián, por fin sonriendo un poco ante esta persona que le parece sospechosa.
—Es la primera vez en todo este rato que te veo sonreír, se te ve mejor— Su comentario hizo que Sebastián se avergonzara, lo cual terminó siendo lindo, ya que Sebastián de inmediato borró la sonrisa y se sonrojó un poco al sentirse apenado.
—Yo siempre me veo bien— Soltó el arrogante Sebastián, lo cual terminó sacándole una carcajada al hermano de Valentina.
—Si ajá— Le han dado la razón a Sebastián de forma sarcástica, lo cual, hizo sentir a Sebastián un poco mas en confianza al ver que el extraño no era tan hostil como él pensaba.
Mientras ambos conversaban, el teléfono de Sebastián ha comenzado a sonar, lo cual, ha llamado la atención de ambos, mas que todo a Sebastián, ya que, el autor de aquella llamada era su tío, el mismo que lo ha dejado varado en medio de la carretera, y lo ha abandonado a su suerte.
Sebastián decidió dejarlo sonar, pagando con la misma moneda con la que le ha pagado su tío, ya que Sebastián lo ha llamado mil veces y él aun así no respondió.
—¿No vas a responder?— Preguntó el hermano de Valentina, ya que este no estaba enterado de la situación por la que pasaba Sebastián con su tío, veía el no contestar como grosero.
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Mi Tío
RomanceSebastian perdió a sus padres repentinamente y su único familiar dispuesto a cuidarlo, su abuela, vive con su tío, pero ellos no tienen una buena relación ¿Que pasara en esta casa de locos?