Capitulo 7:

7.7K 622 463
                                    

Fernando estaba que se le caía el cabello del coraje, Sebastián le ha arruinado el día. Fernando no podía pensar en otra cosa mas que en lo costoso que saldrían los gastos de hospital que él tendría que financiar, ya que de seguro su madre no pondría ni un solo céntimo.

También pensaba en lo malcriado que era su sobrino, en lo pesado y mal agradecido que era por algo que ni siquiera era su culpa, y lo reprochaba en su mente, decidido a que cuando lo tuviera en frente, le diría unas cuantas palabras.

Fernando no dejaría su jornada laboral de lado para salir por su sobrino , así que, decidido, ha llamado a su madre, no dispuesto a mover ni un solo dedo por Sebastián.

Él rebuscó su celular entre sus cosas y lo tomo de entre los papeles que dejó hasta el final del escritorio, ya que se habia quedado ahí desde hace un rato, y su celular termino envuelto entre papeles.

Ya con el teléfono en mano, Fernando ha buscado el numero de su madre y ha marcado. El teléfono marcó durante unos segundos y después contesta Linda . El primero en hablar fue Fernando.

—Mamá tu mocoso está en el hospital—Dijo él sin una pizca de emoción, teniendo prisa por acabar el asunto pronto, y dejar que su madre haga lo demás.

—¡¿QUE?! ¡¿QUE LE PASÓ?!—Gritó linda, afectada por la rápida noticia que le han dado, dejándose notar que es lo último que esperaría en su día.

—Mamá no te llamo para que me grites, llamo para que vayas por el—Fernando sintió estrés por los gritos de su madre—Yo no puedo pasar por el por qué estoy trabajando—Se excusó.

—¡¿Como voy a ir yo si el carro lo tienes tú?!—Alegó—Además, solo dijiste hospital, como si solo hubiera tan solo un hospital en toda la bendita ciudad—Linda se estresó con la tranquilidad que demostraba Fernando al teléfono.

—En el hospital central, puedes caminar—Solucionó Fernando, aunque esa no era para nada una solución.

—¿Y ese cuál es? No seas complicado, pasas por mi y luego vamos al hospital—Linda no quería caminar, era dos kilómetros, era demasiado pesado para ella.

—Mamá estoy trabajando—Abogó Fernando, pero Linda hizo caso omiso a sus palabras, no dispuesta a caminar tanto, y queriendo que su hijo estuviera a su lado si algo llegase a pasar.

—Pues salte del trabajo y ya ¡¿Que no ves que es una emergencia?!—Solucionó.

—No voy a gastar mi permiso en ese niño molesto, te llamo para que te hagas cargo tú, después de todo, tú lo has traído a la casa—Fernando comenzaba a molestarse con su madre.

—No le digas mocoso—Defendió Linda a Sebastián—Si no pasas por mi en máximo media hora ¡A ver en donde duermes!—Amenazó—Por que en mi casa no va a ser—A penas Fernando se iba a oponer, Linda colgó.

Fernando estaba molesto porque tendría que gastar su permiso de salida en esto, que veía como una tontería, pensaba que su insolente sobrino lolo lo hacía para molestarlo.

Echando humo, Fernando ha salido de su oficina para pasar por su madre, ya que, aunque odiara a Sebastián, no estaba en posición de hacer enojar a su madre, él amaba a esa linda viejita, pero sus decisiones son un asco para el.

En todo el camino, Fernando solo podía pensar en lo horrible que es si sobrino, que desde que llegó a su acogedora casa, solo se dedica a hacerle la vida de cuadritos, y que solo arruina la paz que ya ha logrado.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora