—¿Que estás haciendo?—Fulmine a Sebastián con la mirada.
—¿Que estoy haciendo de qué?—Me miró interrogante, obviamente no estaba haciendo nada malo, pero mis celos no me dejan ver nada con claridad.
—Le das muchas atenciones a tu abuela—Hice un puchero—Quiero atención también—Abrí los brazos y puse una cara de ofendido.
—Pareces un Niño chiquito—Aceptó mi abrazo y yo sonreí por lo bajo—Me gustaba más cuando decía que estabas celoso de broma—Se iba a separar de mi pero yo no lo dejé.
—Estoy celoso—Hice un puchero—Pero no te preocupes, como estoy de buenas te perdonaré si me das un beso—Sebastian frunció el ceño.
—No te voy a dar nada—Sebastian entrecerró los ojos—Yo debería ser el enojado aquí—Lo miré perplejo, tenía un poco de razón.
—Pero no estas enojado—Sonreí—Yo si, y quiero atención—Le robé un rápido beso y su carita de puso roja. Si pudiera me lo comería a besos.
—Y-Ya suéltame—Intentó quitarme pero no lo dejé.
—¿Por que? Yo no quiero que te vayas—Lo apretuje un poco y le sonreía.
—¿Y si mi abue sale? Tengo tarea y-y tengo cosas que hacer
—¿Que sería más importante que yo? Aún no me das lo mío—Sebastián me miro a los ojos y me fulminó un poco.
—Ya te lo robaste, no te voy a dar nada—Sebastian se las arreglo para zafarse del abrazo y corrió escaleras arriba.
Es tan lindo que me dan ganas de que nadie lo vea. Solo tenerlo para mi todos los días toda la vida.
Igual creo que eso es un poco extremo.
Fui a terminar de limpiar lo que me falta de la cocina. Lo hice con ganas por que sería la última vez que lo hago. Mi mamá no me va a volver dejar hacerlo después de su llegada.
Cuando terminé me encerré en la oficina de la casa para adelantar trabajo. Le decimos oficina pero solo es un cuarto chiquito con un escritorio en medio.
Me quedé enfrascado en el trabajo hasta que alguien tocó la puerta. De esta salió mi mamá con una sonrisa.
—Sebastián y yo queremos salir a cenar. ¿Quieres venir con nosotros?—Levante la vista de los papeles para mirarla interrogante.
—Acaban de comer, ¿Por que quieren salir a cenar?
—Porque ya es hora de cenar, y la gente promedio come 3 veces al día—Dijo con obviedad.
¿hora de cenar? Me asomé por la ventana y efectivamente, las calles ya estaban obscuras, era obvio que ya se había hecho tarde.
—Bien—Volví hacía los papeles—Bajaré en un momento—Mamá cerró la puerta y yo terminé de acomodar papeles para ir con ellos.
Fui a cambiarme de zapatos para no salir con pantuflas y ya con eso fui hacia la entrada donde estaban Sebastián y mi mamá esperándome para irse.
—¿A donde vamos?—Pregunté al ver a mi mamá con un vestido, ella casi no los usa.
—Vamos a McDonald's ¡SIIII!—Chilló Sebastián muy tierno, aunque ver a mi mamá ponerse un vestido para ir a McDonald's me sorprende.
—Bueno—Sonreí por la imagen tan tierna—Vámonos—Abrí la puerta para ambos y estos salieron, Sebastian salió dando pequeños saltitos, es tan lindo.
Cerré la puerta con llave y cuando termine de hacerlo, ambos me esperaban ya arriba del auto.
Subí al auto al asiento del conductor y conduje hasta donde me dijeron. Al llegar pedimos nuestras hamburguesas, las cuales se nos fueron entregadas inmediatamente y nos sentamos en una mesa vacía.
La verdad casi todas las mesas estaban vacías, a excepción de otras 2 familias que ocupaban otras mesas.
Ya sentados, Sebastián no dejaba de mirar complacido a su abuela, y ella no le prestaba atención, incluso lo regañó un poco por mirarla mientras ella comía. A mamá no le gusta que la vean comiendo.
Sebastián le contaba cosas sin importancia y mamá solo asentía y comía. Ya no estoy celoso, Sebastian solo esta feliz de volver a ver a su abuela, no puedo estar celoso de eso.
—Amor—Hablo mi mamá dirigiéndose a Sebastián—¿Puedes ir por servilletas? A mi hamburguesa se le cayó todo—Sebastián sonrió complacido de ayudar a su abuela y asintió con la cabeza. Se levantó y fue a el lugar donde le dijeron.
Él con tan solo respirar provoca que me lo quiera comer a besos.
—¿Lo que dice mi nieto es cierto?—Dijo mi mamá repentinamente, yo la miré interrogante.
—Que te Dijo o que?—Dije aún masticando mi hamburguesa, mamá se veía preocupada.
—Dime que es cierto que ahora se llevan bien, porque no soportaría la culpa de haber dejado a mi adorado nieto por tanto tiempo sabiendo que sufrió contigo—Me miraba esperando una respuesta.
—Ya me agrada—Saqué una sonrisa boba al recordar todo lo que me agrada—No era tan malo después de todo
—Que alivio—Mamá se dejó ir en la silla—Que bueno que no haya sido tan malo, ¿Crees que deba irme otra vez? Tal vez solo les arruine La Paz en la casa—Abrí grande los ojos.
—Claro que no mamá, te extrañamos mucho. ¿No viste todo lo que te extrañaba tu nieto? No te va a dejar ir a ningún lado de nuevo—Mamá sonrió complacida
—Ayy~ es cierto, yo también los extrañaba mucho, allá solo me la pasaba de enfermera. No tuve tiempo siquiera de vacacionar un poco
—Ten abue—Dijo Sebastián extendiéndole las servilletas que ella le había pedido.
—Gracias amor—Ella las tomó y limpio todo su desastre que había dejado sobre la mesa.
Cuando todos terminamos de comer regresamos a casa. Era un poco tarde así que lo único que hicimos fue todos ir a nuestras habitaciones y dormir.
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Mi Tío
RomanceSebastian perdió a sus padres repentinamente y su único familiar dispuesto a cuidarlo, su abuela, vive con su tío, pero ellos no tienen una buena relación ¿Que pasara en esta casa de locos?