Capitulo 62:

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Fernando se sentía inquieto, en este momento estaba afuera de la cocina reuniendo fuerzas para decirle a su madre que se quiere llevar a Sebastián.

Sebastián ya se había ido a la escuela, entonces no había ningún problema, Sebastián no iba a escuchar lo que iba a decir Fernando.

Cuando su madre lo vio haciendo fila afuera de la cocina, lo invito a pasar, a lo cual Fernando no se pudo negar.

—Quieres decirme algo ¿Verdad?—Fernando se ha puesto aún más nervioso con eso, su mamá ya lo analizaba con la mirada y esperaba una respuesta de él.

—Si—Reunió fuerzas—Si quiero decirte algo—Su madre lo ha mirado apurándolo para que le diga y Fernando ha suspirado y la ha llevado a la mesa para que se siente—Me quiero ir de la casa—La señora linda ha abierto grande los ojos por la sorpresa, se veía un poco feliz por lo que acababa de decir Fernando, tal vez la señora ya no hallaba que hacer con su hijo—Ya conseguí un lugar donde quedarme y si es un buen lugar—La señora linda ahora se veía complacida—Pero—La señora linda ha arrugado la nariz por ese pero, ¿Que clase de pero tendría esto?—Quiero llevarme a tu nieto conmigo—La señora linda ha vuelto a abrir grande los ojos por la sorpresa.

—Pues estarás idiota—La señora linda se ha cruzado de brazos—De aquí no te llevas a mi nieto—Fernando frunció el ceño.

—¿Porque no?—La señora linda hizo cara de que tenía mil argumentos para esa pregunta, pero ha decidido sólo sacar uno, uno que a nadie le gustaba oír.

—Porque tú ni siquiera lo quieres. Te recuerdo que fuiste tú el que lo quería echar a la calle y dejarlo a su suerte cuando llegó—A Fernando se le ha encogido el corazón con esas palabras, pero su madre en lugar de dejarlo hasta ahí, ha continuado sus provocaciones—Si no fuera por mí, Sebastián ni siquiera estaría vivo. ¿Crees que en un orfanato le darían de comer 3 veces al día? Ni siquiera le comprarían medicamentos para su enfermedad, y ¿crees tú que sabiendo esto yo te lo voy a confiar? El día que te enojes con él lo tirarás a la calle a que su suerte lo defienda. Yo sería peor que tú si dejo que vaya contigo—A Fernando le ha molestado mucho este último comentario ¿Peor que yo? Eso le molestaba de una manera indescriptible, así que ha decidido responder.

—¿Peor que yo? No te creas tan santa mamá—Fernando se estaba poniendo rojo del enojo—Tú también tienes errores y así como tú, yo también te los puedo embarrar en la cara. ¿Quieres hablar de cómo le entregaste mi ex novia a Jorge? O tel vez quieras hablar de que sabiendo que yo odiaba a Sebastián te fuiste a España a cuidar de un familiar que no te había hablando en más de 10 años ¿Quieres hablar de eso? O tal vez quieras hablar de por que nadie sabe de que murió papá—La señora linda frunció el ceño y dio un gran golpe en la mesa.

—Todo lo que dices son estupideces, nada de lo que haz dicho me hace una mala persona—Fernando se ha cruzado de brazos— No puedes culparme de que tu vida sea un asco. Todos esos méritos son tuyos.

—Yo no te he echado la culpa de nada. Mi vida es genial pero, ¿Tu no te sientes culpable de algo de lo que dije?

—Por supuesto que no—Dijo la señora linda rápidamente.

—Bueno, es una lástima—Fernando ha suspirado rendido—Pero yo no me puedo ir de esta casa sin él, así que no me puedo ir. ¿O tal vez deberíamos pasar a lo legal? Creo que no, no es para tanto.

—No, no lo es—La señora linda se ha levantado y se ha ido a hacer los labores del hogar y Fernando se ha ido a trabajar.

Mientras tanto Sebastián estaba en la escuela tomando nota de todo lo que decía su maestra de historia. Todo lo que decía vendría en el examen y la desgraciada dictaba muy rápido. Tal pareciera que quería que no copiaran todo completo.

Un ser inteligente ha tomado la iniciativa y ha grabado las palabras de la maestra para que no se le pasara nada. Ese era Dani, el cual en lugar de escribir, se atragantaba con un Chocorol viejo de su mochila.

Cuando la clase termino, Sebastián tenía la mano adolorida de escribir por tanto tiempo sin descanso, Dani estaba tranquilo, seguía comiendo lo que comía antes.

—No voy a salir contigo y con tu amigo hoy—Decía Sebastián sacando lo que él iba a comer.

—A bueno—Dijo Dani indiferente—Tú te lo pierdes.

Sebastián ha empezado a comer lo que traía de lonche y Dani que ya había acabado miraba su comida deseoso.

—¿Quieres?—Dijo Sebastián al sentir el disturbio de la fuerza del lado de Dani.

—Si—Dani le ha quitado su comida y han compartido lo que Sebastián traía.

Las clases pasaron rápido y la hora de irse a casa ha llegado. Sebastián caminaba a paso apresurado a su casa y cuando llegó el ambiente estaba algo pesado.

Su tío leía el periódico en uno de los sillones y su abuela estaba terminando la cocina. A ambos se les notaba enojados, pero Sebastián no cree que estén enojados entre ellos.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora