Especial frutifantastico:

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Esto no es parte de la historia, solo ando pendejeando. Además de que no se como continuar la historia, así que hard Yaoi para que broten las ideas.

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Domingo 24 de marzo. Sebastián estaba desesperado de una forma muy extraña. Sebastián estaba sentando en la mesa con un papel y con una pluma. Sus piernas se movían inconscientemente haciendo ruidos estresantes y a veces chocando una con la otra. La mano derecha de Sebastián presionaba numerosas veces el botón de la tinta de la pluma, haciendo ese estresante, pero para Sebastián relajante sonido de pluma. Los ojos de Sebastián no se despegaban de esa hoja mal arrancada de cuaderno, la cual solo tenía escritas tres palabras en la parte superior de la hoja con un extraño intento de letra cursiva.

"Regalo de cumpleaños"

Eso era lo que decía la fea y arrugada hoja. Eran las 4:00 de la mañana, aún la sala se encontraba a oscuras, pero la luz de la luna que entraba por el gran ventanal era la suficiente para que Sebastián viera lo que estaba escribiendo, lo cual, aún no era nada, simplemente el título de su listado.

Sebastián pensaba y pensaba, pero ninguna idea venía a su cabeza. Hoy es el cumpleaños de Fernando, para lo cual, Sebastián no tiene un regalo, y no se había tomado la molestia de pensar en uno, ya que por cosas de su vida diaria, fue aplazando el cumpleaños de Fernando, pero hoy, que ha llegado el día, Sebastián no tenía nada resuelto, y se sentía mal por ello. Mal por que Fernando en su cumpleaños si se había tomado el tiempo de planearlo, lo llevó a comer y lo mimó durante todo su día, incluso se había dejado regañar por Sebastián.

Sebastián se estaba aburriendo, no recibía ninguna idea y no comprendía el por qué estaba haciendo esto a las 4 de la mañana, bueno, si lo hacía, había despertado temprano por el estrés de no haber preparado nada, pero su cerebro en lo único que pensaba era que era un idiota y en que tenía sueño.

La puerta de la habitación fue abierta, y de esta salió Fernando somnoliento, el cual había salido de su habitación al escuchar ruidos extraños. Sebastián se sobresaltó y rápidamente arrugó la hoja y la escondió en su mano.

—Hola—Saludó Fernando con voz ronca, se notaba que acababa de despertar—Deberías estar dormido—Dijo Fernando en forma de regaño, pero sonó más a una petición.

—Si—Accedió Sebastián y se levantó de la mesa—Ya me voy a dormir—Sebastián estaba dispuesto a huir a su habitación, pero cuando paso al lado de Fernando, este le quitó la hoja que escondía en su mano.

—¿Regalo de cumpleaños?—Leyó Fernando de la arrugada hoja—¿Me vas a hacer un regalo?—Dijo Fernando algo entusiasmado, a lo cual Sebastián se puso nervioso, ya que no sabía que era lo que le iba a regalar.

—Puede ser...—Dijo Sebastián nervioso, pero sin afirmar nada.

—No tienes que regalarme nada—Fernando beso la frente de Sebastián, lo cual lo hace sentir más culpable por no haber preparado todo antes.

—Y... ¿Que quieres de Regalo?—Preguntó Sebastián al no encontrar la solución a pensar en un regalo.

—Lo que tú me des me va a gustar—Sebastián frunció el ceño ante esta respuesta, eso no le había ayudado en nada.

—Estoy seguro que no quieres que te regale un moco—Sebastián señaló su nariz y Fernando sonrió por el comentario.

—Si me lo regalas tú lo atesoraré—Sonrío Fernando, aunque la verdad si le daría asco tener un moco guardado en sus repisas, pero no puede decirle eso a Sebastián.

—Que cochino—Acusó Sebastián—No quiero regalarte un moco, quiero regalarte algo que te guste—Fernando lo medito un poco, a Fernando le agradaba que Sebastián se preocupara por sus intereses, y que quisiera complacerlo con algo que le gustase.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora