Capitulo 39:

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Narrador omnisciente:

Las clases habían acabado, Sebastián esperaba a Daniel afuera de la oficina del profesor, lo habían llamado por lo de esta mañana, pero salió 10 segundos a penas entró.

—Y tú qué haces aquí—Reprendió Sebastián—Tienes que quedarte adentro.

—Ya se—Dijo Daniel con obviedad—Pero me corrió.

—¿Te corrió?—Soltó Sebastián con una sonrisa.

—Si—Suspiró Daniel—Es que a él lo iba a regañar el director.

—Ah—Dijo Sebastián restándole importancia—Entonces vámonos—Daniel frunció el ceño.

—¿A dónde vamos?—Daniel recogió su mochila del suelo y empezó a caminar junto con Sebastián.

—A mi casa—Sebastián sonrió—Te dije que iríamos a mi casa en la mañana.

—Ah—Daniel se rascó la nuca—Pensé que era una broma—Daniel Lo meditó un poco y después contestó—Esta bien—Dijo finalmente—Pero tengo que pasar por mi casa, tengo que avisarle a mi mamá y ir por unos libros

—Está bien, tú mamá de seguro ya me extraña—Daniel golpeó a Sebastián en el hombro y salieron de la escuela.

Caminaron hasta la casa de Daniel, que curiosamente queda de pasada de la casa de Sebastián y y cuando llegaron Daniel rebuscó sus llaves y abrió la puerta.

Antes de que Sebastián se metiera a su casa Daniel lo detuvo agarrándolo del brazo.

—Espérame aquí, no me tardo—Daniel se adentro a la casa y cerró la puerta, Sebastián hizo caso a la indicación de Daniel y se quedó afuera sentado a un lado de la puerta.

No pasaron ni 2 minutos cuando Daniel ya tenía otra mochila llena de libros y otra ropa.

—Vámonos—Sebastián asintió y se levantó del piso, caminaron hasta la casa de Sebastián, no era mucho camino, solo unas cuantas cuadras y callejones.

Llegaron y ya en su casa Sebastián le abrió la puerta a Daniel y se adentraron a la casa.

—¡Ya llegue!—Grito Sebastián desde la puerta haciendo que su tío saliera de la cocina y le dedicara una sonrisa.

Su felicidad no duró tanto al ver que Sebastián tenía visita, Fernando reconocía a ese chico, era el que le había dicho todo acerca de Valentina, su sonrisa se borro y todos notaron el desagrado que sentía Fernando hacia la idea de una visita.

Sebastián intentó que Daniel no lo notara, este ya lo había notado pero le restó importancia.

—Vamos a estar en mi cuarto—Soltó Sebastián, lo que hizo que la cara de Fernando se transformara en una mueca.

A Fernando le daban muchos celos que lo haya traído a la casa y más celos le daban que iban a estar en su habitación.

—Está bien—Escupió Fernando con una sonrisa, la cual le molestaba mucho enseñar.

—Adiós señor—Canturreo Dani haciendo sentir a Fernando como si le hubiera ganado, aunque nunca hubo una batalla y Dani no sabe por qué Fernando está enojado, Dani cree que es por qué llegó inesperadamente.

Fernando regresó enojado a la cocina, sacó más verduras y carne, tendría que cocinarle a la visita inesperada, lo cual le desagradaba mucho.

Mientras partía verduras pensaba en cómo haría que ese Niño se fuera de la casa y que dejara a su Sebastián en paz.

Mientras tanto en la habitación de Sebastián estaban aburridisimos, Sebastián tomaba apuntes mientras Dani se los explicaba, no era que no estuvieran ocupados, solo preferían hacerlo otra cosa.

Cuando Sebastián y Dani estaban inmersos en su trabajo entró repentinamente Fernando con 2 platos de comida y vasos con agua haciendo exaltar a los menores y haciendo sospechar a Fernando de que algo ocurría ahí.

Fernando los fulminó con la mirada y estos sonrieron, después Fernando dejó los platos en una mesa y se fue cerrando la habitación dejando a los jóvenes algo confundidos.

—Creo que tú tío no quiere que esté aquí—Soltó Dani a penas se había cerrado la puerta y dando el primer bocado a la comida.

—Pues que se aguante—Sebastián soltó la pluma que tenía en su mano y empezó a comer.

—Tal vez sea mejor que me vaya—Dani dejo el plato a un lado y se iba a levantar pero Sebastián lo detuvo.

—No, que el se enoje si quiere, tu te quedas ahí, luego quien me va a explicar todo esto—Sebastián señaló su libro rendido y Daniel río.

—Que aprovechado eres—Sonrió Dani.

—Lo se—Sebastián le regresó la sonrisa y siguieron trabajando y comiendo.

Cuando por fin habían terminado los apuntes aún era muy temprano, solo habían tardado 1 hora pero para ellos fue una eternidad.

—¿Que hacemos ahora?—Pregunto Dani guardando todos sus libros en su mochila.

—Tengo fifa—Contestó Sebastián del otro lado de la habitación también guardando sus libros.

—¿Y controles?

—También—Sebastián se acercó a la tele y sacó de detrás de esta 2 controles de Xbox y ya que estaba ahí prendió la tele y el Xbox.

—¡Genial!—Dani le arrebató un control y se dejó caer sobre la cama de Sebastián.

Sebastián lo siguió y se pusieron a jugar, el tiempo volaba y entre partidas y partidas se hizo tarde cuando menos se dieron cuenta.

La mamá de Dani había llamado a Dani diciéndole que ya regresara a su casa por la hora.

Sebastián despidió a Dani y lo acompañó hasta la puerta, su tío estaba en el sillón leyendo el periódico plácidamente. ¿Que nunca se cansa de leer el periódico? Pensó Sebastián.

Cuando Dani ya se había ido Fernando cerró el periódico y lo dejó a un lado, miró fulminante a Sebastián y Sebastián solo lo miraba confundido.

—¿Que?—Escupió Sebastián.

—Si vas a traer gente tienes que avisar—Dijo Fernando intentando no perder la paciencia.

—Solo era Dani, ademas vino a ayudarme con los apuntes

—Igual tienes que avisar Sebastián, no puedo recibir visitas así nadamas, ven—Sebastián hizo caso a lo que dijo su tío y se acercó hacia donde estaba—Ten—Le dio los botecitos de la medicina y Sebastián lo miró confundido, Sebastián esperaba un sermón de su parte pero ya no le dijo nada.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora