Jorge, papá de Sebastián y hermano de nuestro activo favorito y el único que tenemos en esta historia. Lo hice hace unos días después de dibujar el de mariana, y no se burlen ojetes, no se dibujar barbas.
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—¿Quien eres tú?—Me ha preguntado aquel extraño hombre desconocido para mi, ha salido casi casi en calzoncillos. Yo nunca atendería la puerta si estoy en esos paños, pero cada quien. No puedo juzgar, el está en su casa, tal vez si yo tuviera mi casa me pasearía en calzoncillos.
Justo cuando iba a explicarme el por qué estaba ahí en su puerta, ha salido otro hombre de la casa, pero a excepción de el otro, este ha olvidado totalmente la ropa. Ese sin vergüenza ha salido a atender la puerta así como Dios lo trajo al mundo.
Lo he mirado extrañado y algo sorprendido. Que par de huevos, y no lo digo por que están a la vista, lo digo porque a mi jamás en mi vida se me ocurriría pasearme así con una ventana abierta, menos ir a atender la puerta así. Por la obvia desnudez de ambos, supuse que interrumpí su acto de el delicioso, lo cual me hace sentir apenado y inoportuno, ademas de que creo que me equivoque de casa. Me sentía como un idiota. No pude evitar mirarlos incrédulos, esta situación es extraña.
—¿Interrumpo algo?—Pregunté con un toque de gracia en mis palabras, aunque fuera inoportuno y vergonzoso, no podía evitar reírme de la situación, de mi situacion, si lo narras en tercera persona se oye muy divertido. Aunque estar ahora en el presente en esta situación es raro.
—No Niño—Sonrió irónico— ¿me vas a vender tus galletitas de explorador o vienes a unirte?—Sonrió pícaro y yo lo mire desconcertado. Que gente más rara conoces tocando puertas, mira que conocer a pervertidos es fácil, pero conocer a pervertidos homosexuales y pedofilos solo lo logras tocando puertas.
Antes de que pudiera contestar, de nuevo he sido interrumpido por un tercero ajeno a ese par. De adentro de la casa ha salido mi madrina en ropa interior y con una sudadera que le queda grande fumándose un cigarrillo. Era obvio que la sudadera era de alguno de los dos. Eso me recuerda que mi ex novia se quedó con una de mis sudaderas y nunca me la regresó.
—¿Quien es?—Preguntó desde adentro, cuando ha salido a atender la puerta, ambos nos quedamos en shook, ella por verme en su casa, y yo por descubrir que mi madrina es una golfa.
—Madrina—He sonreído incrédulo, bueno, fue más una sonrisa forzada, de esas qué haces en los momentos incómodos, que hacen más incómoda la situación— Cuanto tiempo
—Si...—Ha soltado casi en un susurro—¿Como has estado?
—Bien madrina, echándole ganas—El Par de antes sintió el ambiente tenso y ha huido hacia adentro de la casa. Creo que lo hice más incómoda la situación diciéndole madrina.
Par de cobardes, pero creo que sin ese par ahí, la veo un poco menos golfa de lo que ya descubrí. Es más facil verla a los ojos así, que con sus dos amantes atrás de ella, DOS, ¿Para que quiere tantos?
—Oye—Soltó de repente—Será mejor que te vayas. Creo que no hace falta el decir por que—Se encogió de hombros
—Lo entiendo, adiós madrina—No pude ni terminar de decir mi oración cuando ya me había cerrado la puerta en la cara.
Hubiera sido mejor que vendiera galletitas de explorador.
Me di la vuelta, dándole la espalda a la puerta, y sin poder evitarlo, mis ojos se llenaron de lagrimas. No iba a llorar, ¿por que lloraría por esto? Es una razón muy idiota para llorar, no dejaría que esas lagrimas se me escaparan. No tengo razones para llorar, tal vez esperé mucho de esto, pero aunque este desepcionado, no iba a llorar.
Caminé hacia donde los autobuses a paso lento, no tengo prisa en llegar a casa. Solo falta que se ponga a llover. Por suerte el cielo está despejado. Si quiero llegar a mi casa en una pieza tengo que apurarme, que si obscurece me voy a perder y me van a secuestrar. Yo no quiero ser secuestrado, que vergüenza que me pasen por la tele junto con todos los niños desaparecidos.
Llegar a donde los autobuses no fue un problema, tragarme la rabia en todo el camino si. ¿Como pude ser tan estupido? Era lógico que mi madrina no querría o no podría cuidarme, ella haría su vida, ¿Que esperaba? Que llegara con mi madrina y que ella estuviera dispuesta a cargar conmigo? Creo que no vi la situación objetivamente.
En el camino a donde los autobuses me caí a un charco de lodo, me hubiera reído de mi mismo, solo que no me nace hacerlo en estos momentos. Era graciosa la forma en la que me caí, pero no tenía ganas de reírme.
Cuando llegó mi camión subí a él. El camión venía vacío, obvio, a excepción del conductor.
Me hacía sentir mejor que en mi viaje a casa ninguna señora embarazada me quitara mi asiento. Y me hacía sentir mejor que el conductor solo se limitaba a conducir y no me sacaba plática.
Cuando llegue a mi parada me bajé sin problemas. Ya estaba anocheciendo, pero no me importa, en estos rumbos ya no me pierdo, ya es más fácil llegar a casa.
En todo el camino fui pateando una piedrecita que estaba en el piso. Llegar a casa a partir de ahí no fue tan difícil, por que solo tuve que recorrer todo lo conocido.
Llegue a mi casa, saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta. Mi presencia no pudo pasar desapercibida ya que mi tío estaba Justo en la entrada de la casa, cuando me vió abrió grande los ojos.
—¿Que te pasó?—Preguntó por la obvia condición que me encontraba, estaba lleno de lodo por que me caí en un charco y estaba notoriamente cansado.
—Me caí a un charco—Forcé una sonrisa—Me voy a bañar, huelo a composta—Iba a subir las escaleras para ir a bañarme.
—No me refería a eso—Me detuvo—¿A donde fuiste? Por qué no creo que en casa de tu amigo haya mucha tierra y composta.
—¿Por que no?—Contra ataque—¿No puede tener un jardín con tierra y composta?
—No en esta ciudad—Concluyó—¿Me vas a decir o tengo que averiguarlo por mi mismo?—suspiré.
—No es mi problema si no me quieres creer, averígualo tú si eso es lo que quieres—Iba a volver a subir las escaleras, pero el me detuvo con un abrazo.
Las lágrimas se juntaban en mis ojos, pero no dejaría salir a ninguna de estas.
—Te estas llenando de lodo—Mi voz se escuchaba quebradiza, me aclaré la garganta para que no se escuchara así.
—¿Y que con eso?—Me ha abrazado más fuerte.
—Y-Ya suéltame—He tartamudeado y forcejeado un poco— Te digo que no ha pasado nada—Seguía forcejeando pero el no cedía.
—¿Si no ha pasado nada entonces por que estas llorando? Tienes que decirme si te puedo ayudar en algo
—No estoy llorando, me trague un mosquito. Y no tengo por qué decirte nada, no necesito tu ayuda, no te creas tan importante
—¿Puedes dejarte querer aunque sea un ratito?—Ha suspirado—Si no estás llorando entonces mírame a los ojos y dilo—El ha roto el abrazo para tomar mis mejillas y obligarme a verlo a los ojos. Mi débil ser no ha aguantado ni 5 segundos, mi boca se ha curveado y una lagrima traidora ha salido sin mi permiso.
—No estoy llorando—Mentí descaradamente—Hay mucha tierra en el ambiente ¿no?, deberías limpiar mejor tu casa.
—Mentiroso— Me ha vuelto a abrazar y yo me he limitado a llorar en silencio.
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Mi Tío
RomanceSebastian perdió a sus padres repentinamente y su único familiar dispuesto a cuidarlo, su abuela, vive con su tío, pero ellos no tienen una buena relación ¿Que pasara en esta casa de locos?