Capitulo 82:

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Fernando ha dejado pasar a Dani, y su papá se ha metido junto con el, dejando algo confundido a Fernando, y también a Dani, pero este no sabía cómo decirle a su padre que se fuera.

Sebastián ha salido de su habitación y ha saludado a Dani, y ha quedado algo confundido por su compañero, Sebastián nunca lo había visto.

—Hola—Saludó cordialmente Sebastian. Sebastián pensó que ese señor era algún amigo de Fernando, no noto el parecido entre Dani y el.

—Hola—Devolvió el saludo el papa de Dani, el se sentía aliviado, aliviado de que su hijo no le haya mentido sobre qué iba a casa de  un amigo de su salón.

Dani notaba como su papá fulminaba a Sebastián con la mirada, así que ha decidido desviar la atención.

—Hey! Necesito que me prestes tu libro de inglés y que me ayudes con algo—Sebastián frunció el ceño, pero le siguió el viaje a Dani, y lo llevo a su habitación.

Fernando estaba incómodo, esperaba que ese extraño se fuera de su casa, pero seguía plantado en ese mismo lugar, no se veía dispuesto a irse.

Fernando ha suspirado, y ha invitado a sentarse a el papa de Dani, el cual cedió.

Daniel, el papa de Dani, siguió a Fernando hasta la sala, y Fernando lo invitó a sentarse en el sillón a lo cual Daniel cedió.

Fernando ha decidido simplemente dejar existir a ese extraño en su sillón, Fernando tomó su periódico, e hizo como que ese extraño no estaba ahí.

Mientras tanto, Dani estaba acostado en la cama de Sebastián contándole el por que estaba ahí, y Sebastián jugaba con una de sus botellitas de píldoras del asma.

—Eres un tonto, ¿Lo sabías?—Reprochó Sebastián, pero Dani ni se inmutó, esperaba esa respuesta de su amigo.

—Perdón—Dani se disculpó—Fuiste la única persona a la cual vino a mi mente en ese momento—Sebastián suspiró.

—Está bien—Sebastián se sentó en su cama, junto con Dani—Igual no tenía nada que hacer—Suspiró Sebastián—Y mi tío no me regaño por invitarte, simplemente dijo que estaba bien—Sebastián se quedó un momento pensativo—Por cierto, ¿A que hora te vas?—Dani frunció el ceño.

—Quieres que me vaya—Alegó Dani ofendido.

—Si—Aceptó Sebastián—Yo me iba a bañar y a dormir cuando me llamaste y por tu culpa ni me bañe ni me dormí—Reprochó Sebastián, haciendo sentir mal a Dani por ser tan molesto.

—Si quieres duérmete, igual, creo que me iré pronto—Sebastián pidió permiso con la mirada, y Dani se levantó de la cama de Sebastián, dejando toda esta para el solo.

—Gracias—Sebastián no se hizo del rogar, tomó posesión de su cama acostándose en medio de esta, y Dani se ha sentado en una orilla.

A Dani le parecía increíble que en verdad su amigo se hubiera quedado dormido, ya que, simplemente dos minutos bastaron para que Sebastián cayera dormido.

Dani sabía que Sebastián estaba dormido por que estaba roncando, era como un silbido que salía de su boca, no era molesto, es más, se podría decir que es arrullador.

El ver a Sebastián tan tranquilo le recuerda a Dani cuando lo conoció. Cuando estaba en primero de primaria y había cambiando de escuela a mitad de año debido a que su madre y el se mudaron, por el divorcio. Dani en ese tiempo era muy tímido, y un Niño con muchos miedos e inseguridades. Dani en la primaria le tenía miedo a los demás niños, ya que el pensaba que los niños serían malos, así como su papá lo fue con el, así que Dani se juntaba con dos niñas de su salón, las cuales, apreciaban mucho a Dani, ya que podían hacer a Dani cualquier personaje cuando jugaban y el no se quejaba.

Dani conoció a Sebastián porque el se burló de Dani. Sebastián cuando era pequeño era más social de lo que es ahora, y Sebastián se burló de dani por que las niñas lo vistieron de la bella durmiente. Dani recuerda la dura crítica que le había hecho el pequeño Sebastián, recuerda que lo había llamado niña y ridiculo, pero también recuerda que el no le respondió nada cuando se lo dijo, después, Sebastián se enojo más por que Dani se dejaba maltratar con mucha facilidad. Al final se hicieron amigos, simplemente por que Sebastián lo decidió, Sebastián le juro a Dani que lo golpearía si lo ve vestido de princesa de nuevo, y le prometió que las niñas no volverían a hacer lo que quisieran con el.

Gracias a Sebastián, Dani pudo superar con mayor facilidad el hecho de que su papá no lo quería, Sebastián le enseñó a decir no cuando el no quisiera algo, y le enseñó que los niños no eran malos, y tampoco lo eran las niñas, simplemente ellas no sabían que era lo que Dani quería.

Dani está eternamente en deuda con Sebastián, sin el, sería un Niño triste con miedo a los niños. Dani al ver a Sebastián siente un gran agradecimiento, pero un inmenso rencor, inmenso rencor hacia el mismo, ya que, Dani siente que no puede hacer nada por su amigo, se siente como un inútil, un pésimo amigo que lo único que hace es traerle problemas. Dani se siente culpable por nunca defender a su amigo. Desde que sus papás murieron, Sebastián había cambiado mucho, y con justa razón, ya que la muerte de tus padres no debe de ser fácil, pero Dani está enojado por que el no estuvo en los momentos en los que más lo necesitaba. Como cuando Valentina lo molestaba con la muerte de sus padres, o cuando sabía que la pasaba mal en su casa, simplemente era un personaje de relleno en su vida, alguien que ni le afecta ni le beneficia. Y ahora, se siente como el malo de la historia, porque en lugar de amistad, lo único que hace es molestarlo, como hoy por ejemplo, que por su culpa lo había hecho sentir incómodo. Dani se siente como un pésimo amigo, alguien que no sigue los códigos de amistad, ya que, su novio es el que quiso violar a Sebastián y aún así sigue con el por mantener una estupida calificación, también Dani ha envenenado a su amigo con chocolate y viagras, que aunque no fuera su culpa, Dani siente que si fue así, y también está seguro de que Sebastián la había pagado caro por su error, ya que el no está convencido de que las viagras le hayan hecho simplemente el efecto de enfermarse, y ahora, como cereza del pastel, quiere quitarle a él único familiar que cuida de él, su tío.

Dani no entiende por que Sebastián es su amigo, si el siempre hace todo mal. Dani desearía dejar de ser un inútil, alguien que sea capaz de tomar sus decisiones sin miedo a las consecuencias, desearía ser tan bueno y tan inteligente como lo es Sebastián, desea su fuerza de voluntad, y desea que no tengan que cargar con el.

Dani tomó la mano derecha de su inconsciente amigo, la cual se encontraba arriba de su cabeza, sintiendo el calor de esta, y con su otra mano, quitó el cabello de su frente para que no le estorbase al dormir.

A Dani le pasó una fugaz, pero estupida idea por su cabeza, a Dani se le ocurrió la genialidad de besar a su amigo, pero inmediatamente la desechó, eso no era correcto.

Dani intentó desechar esa idea, pero lo único que decía y repetía su cerebro era "Bésalo, igual, no se va a dar cuenta".

Dani decidió hacer caso a su extraña idea. Dani se subió a Sebastián, claro, sin aplastarlo. Con su mano izquierda, tomó la mano de Sebastián que se encontraba sobre su estómago, y la entrelazó con la suya. Hizo lo mismo con su mano derecha, la cual, estaba arriba de la cabeza de Sebastián. Lentamente, Dani se acercó a los labios de su amigo, sintiendo su aliento chocar con el suyo.

Dani estaba nervioso, así que simplemente para desechar la idea, le dio un rápido beso a Sebastián. Sebastián ni se inmutó, seguía profundamente dormido. Dani se sintió aliviado de que su amigo no haya despertado, pero ese extraño deseo de besarlo no había desaparecido de su mente.

Dani se ha vuelto a acercar a Sebastián, y lo ha vuelto a besar, pero esta vez, con más profundidad, sin rodeos, y sin sentir miedo. Esa caliente sensación se sentía bien para Dani, ese calor que emanaban los labios de Sebastián le gustaba, y por alguna razón, Dani no quería parar.

La puerta de la habitación se había abierto, Dani rápidamente dejó de besar a Sebastián, pero Dani no ha tenido tiempo de bajarse de encima de él.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora