Capitulo 32:

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Fernando hoy se sentía algo mal, presionado, no podía con tanto estrés.

Para empezar, está lo de la demanda de Sebastián, además, Fernando no puede dejar las cosas de la casa plantadas con el asunto de lo de la demanda, y peor aun, Fernando está peor que atascado con el trabajo, las computadoras son lo peor del mundo para el, y el que su trabajo lo obligue a usarlas era como el infierno. 

Además, Fernando está triste.

A quien engaña, estaba avergonzado y sorprendido de lo que ha pasado hace rato. Mariana, la mamá de Sebastián, se supone que es un tema superado, se supone, ya que eso no es lo que ha demostrado hoy con Sebastián.

Es ultra vergonzoso el solo recordarlo, tanto que Fernando no puede evitar frotar su sien con la yema de sus dedos al tan solo recordarlo.

Esto solo lo atrasa. Eso es lo que siente, siente que la presencia de Sebastián es la que esta provocando que todo se sienta tan pesado.

Desde que Fernando echó a Sebastián de la habitación, este no ha podido despegar la vista de la computadora, este programa raro con el que lucha Fernando es inentendible, ejec? Exe? Fernando ni siquiera sabe como se llama aquel supuesto programa funcional, que para él, de funcional no tiene nada.

El programa era tan complicado que entre intento e intento, se le ha hecho de mañana, el sol ya estaba afuera, luciendo nítidamente por la ventana medio cerrada de la oficina. 

Harto, Fernando se ha levantado y se ha estirado un poco. Era impresionante, no ha podido hacer que la máquina haga nada de lo que le ha pedido, y no ha logrado entender ni un poco aquella extraña aplicación.

Frustrado y harto, Fernando ha decidido renunciar a su trabajo, pero solo fue una idea de arranque, después de ver su casa, recordar a su madre, y al odioso de su sobrino, Fernando bajó con la laptop a la cocina, dispuesto a luchar contra esa infernal cosa mientras se prepara algo para desayunar.

Fernando solo se tomó el tiempo de hacer su propio desayuno, no quiere hacer nada por Sebastián ahora. En la nebulosa de Fernando, Sebastián ya se debió de ir a la escuela, lo cual no era lógico por la hora.

Sin cuidado y mientras desayunaba, Fernando seguía tecleando para esta aplicación; ejiec?,exec? Fernando ni siquiera lo puede leer correctamente. Se supone que la computadora tenía que hacer una fórmula, pero todo lo que hacía el pobre Fernando lo marcaba como en la calculadora "Syntax Error", era frustrante y bastante estresante, el lleva toda la noche haciendo esto y aún no puede hacer ni siquiera una suma común.

Con odio, Fernando analiza la hoja de instrucciones para poder hacerlo bien, pero Fernando jura que todo lo que hace, lo hace bien, esto aunque la computadora no pare de decirle "N/A#"

Pasó el rato, y con el rato me refiero a las horas, bastantes horas, Sebastián fue a la escuela incluso, y de hecho, ya es hora de que vuelva a casa.

Sebastián venía regresando de la escuela y antes de abrir la puerta se escuchaban golpes adentro de la casa.

A Sebastián no le interesa lo que sea que estuviera pasando adentro, sabe que su tío es un primate, y que no puede evitar comportarse como uno.

El abrió la puerta a su tiempo y lo primero que vio era a su tío en el comedor frente a su computadora, rojo de rabia y golpeando con su mano la mesa.

El entró dudando un poco a la casa, cerró la puerta tras de el y le preguntó a su tío.

—¿Estas bien?—La pregunta era tonta, pero era amabilidad, no podría concentrarse en nada si su tío sigue comportándose como un animal primitivo.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora