Capitulo 34:

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¿Por que? ¿Por que? ¿Por qué?

Es lo único qué pasa por mi cabeza desde que salí del hospital.

¿Por qué ya no siento odio hacia Mariana? ¿Por que ya no siento esta carga de toda la vida? ¿Por que no he llamado a mamá si Sebastian está en coma? ¿Por que siento que reviví el momento de hace 15 años? ¿Por que lo reviví con mi sobrino?

Aaaaaaah, no se que me pasa, ¿será que estoy estresado? ¿O tal vez me siento culpable? Debe ser eso, me siento culpable. ¿Pero si me siento culpable por qué estoy feliz? Aaaaah NO LO SÉ! ¡Necesito dejar de pensar!

Abrí la puerta de la casa y rápidamente me metí a la cocina.

Abrí el estante de los vinos que estaba guardado bajo llave en la cocina y destapé uno que ya estaba abierto, ni siquiera tuve la decencia de servirme en un vaso, tome directamente de la botella y subí las escaleras hasta mi habitación, encendí la televisión y puse el aire acondicionado a todo lo que da. Me tire en la cama y ahí mismo me quite los zapatos, los aventé a un rincón y me dejé caer.

Le daba tragos a la botella como si fuera agua, me quemaba la garganta pero hacía que dejara de pensar y me concentrara en la narcoserie que pasaban por la tele.

En este momento sentía que podía hacer lo que sea, pero antes de hacerlo caí dormido sobre mi cama.

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Desperté a las 5 de la mañana con una inmensa resaca y frío en los pies, antes de hacer cualquier cosa, con mucho esfuerzo tome el control de el aire acondicionado y lo apague.

Me levante de la cama, el piso de la habitación estaba muy frío debido al aire acondicionado, me daba flojera ir por unas calcetas, así que solo me quite mi camiseta y la tire al piso para caminar sobre ella.

Salí del cuarto y dejé la camiseta a un lado, me metí al baño y me vi en el espejo, estaba despeinado ojeroso y gris.

Agarre unas aspirinas que estaban en un estante y me las tome con agua del grifo, me lave la cara y me peiné con un cepillo que estaba en el piso de la regadera, abrí un bote de gel que estaba en el mismo estante que las aspirinas y me peine como siempre.

Estoy exhausto, pero tengo que ir a trabajar.

Salí del baño y regrese a mi cuarto ya con unas calcetas puestas.

Agarre una camisa de cuadros como mantel de fonda y un pantalón de vestir, me puse los zapatos para trabajar y cogi las llaves de la casa.

Me aproxime a la salida y abrí la puerta con las llaves, cerré con las mismas.

Subí al auto y empece a conducir. No se a dónde ir, tengo media hora para ir a ver a Sebastian, pero no quiero revivir esos sentimientos de impotencia de nuevo, pero por otro lado quiero ver cómo está.

Después de meditarlo todo el tiempo en un semáforo, decidí que si iría a ver a Sebastian, ya que tenía curiosidad de cómo se encontraba el.

Me puse en camino al hospital, el trayecto fue aburrido, nada que reportar.

Llegue al hospital y inmediatamente me reconocieron, me saludaban como si me conocieran, era incómodo pero no tuve que decir a quien venía a ver, me dejaron pasar.

Llegue a la habitación y Sebastian estaba igual que ayer, nada que reportar. Me senté en un sillón que estaba pegado a la pared y lo mire fijamente.

Cuando me aburrí de mirarlo fijamente me levante y lo empece a peinar con mi mano, la verdad ya estaba peinado pero era relajante tocarle el cabello.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora