Capitulo 25:

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—¡Fernando ya me voy!— Grité desde la puerta de la entrada, dispuesto a ya marcharme a la escuela, y con prisa de esto, ya que no me agrada tener que apurarme para llegar.

—¡ADIÓS!— Gritaba mi tío desde la planta alta, sin darme mucha importancia.

—¡Voy a llegar tarde a la casa!—Avisé, ya que sería importante que lo sepa y no se preocupara por mi.

—¡No me importa!— Dijo y se escuchó como se cerraba una puerta de arriba, hable muy rápido. Le reste importancia, conociendo ese tipo de actitud de parte de el, y yo salí por la puerta principal y me fui al colegio.

Llegando allá estaba Dani sentado en una banca, cuando me ve llegar se levanta y me sonríe.

—A que se debe que llegues temprano—Dijo cuando se encontró frente a mi, hoy se ve de buen animo.

—Le ando echando ganas—Conteste como respuesta, de igual forma ante su buen humor de hoy— Y no aguantaba no ver a el amor de mi vida— Extendí los brazos y hice como que iba a abrazar a Dani pero atrás de él venía caminando Valentina con mi novia y la abracé a ella.

—Que malo eres ¡Eh!—Dani hizo un puchero y se cruzó de brazos, pero terminó por reír ante esta acción—Aléjate de ella que tú eres mío— Soltó sarcástico, lo que nos saco una carcajada a todos.

Caminamos a el salón todos juntos, así como se lee, todos juntos, nunca pensé en volver a socializar con Valentina, y creo que todo este tiempo la juzgué mal, tal y como lo hice con su hermano, ella no es mala como yo creía, y puse mis prejuicios frente a ella cuando no es un monstruo. Hasta creo que podemos ser amigos y todo eso.

Llegamos al salón y nos sentamos en nuestros respectivos lugares, unos bastante alejados de los otros.

Todas las clases me la pase haciendo señas de amor hacia mi novia, la cual solo sonreía nerviosa y volvía a lo suyo.

Pasaron rápido las clases y por fin era hora de ir a casa, antes de salir mi novia se colgó de mi brazo.

—¿A donde vas? Tú hoy vienes a mi casa—Dijo mirándome a los ojos, y jalando un poco mas mi brazo.

—yo voy a tu casa, ¿a donde vas tú?—Me agradaba mucho, ella era muy linda conmigo, y decía cosas que me hacen sentir feliz.

—Yo voy contigo— Dijo con una sonrisa en el rostro—¿Vamos?—Me dejo caminar primero.

—Vamos—Cedí.

Tome las mochilas de ambos y las colgué en mi brazo, mi novia venía colgada en el otro y salimos a paso lento del salón.

—¿Queda lejos?—Pregunté.

—Pues no tanto— Hizo una pausa— igual y un poco si—Ya con su respuesta meditada, ha concluido esto.

—Bueno—La verdad no me importaba tener que caminar un poco, ya que las conversaciones terminan siendo entretenidas.

Caminamos a paso lento por las calles, ella iba a mi derecha y me venía contando historias de su casa y de sus mascotas, yo solo asentía con una sonrisa y decía un comentario de vez en cuando.

—Aquí es— Dijo apuntando una casa— Dame mi mochila— Me ha quitado la mochila de mi hombro y ha sacando unas llaves de el bolsillo chiquito de la mochila.

Se acercó a la puerta y la abrió con las llaves que había sacado de la mochila, ya abierta, entró seguido de mi y gritó.

—¡MAMÁ! ¡YA LLEGUE!— Nos quedamos un segundo en silencio y no hubo respuesta—A lo mejor aún no llega— Sonrió— Voy arriba, espérame tantito— Antes de que pudiera hablar u objetar, ella ya había corrido escalones arriba con su mochila en el hombro.

Me puse a inspeccionar la casa, era grande, y tenía muchos adornos y jarrones, a mi derecha había una sala con muchos sillones, me senté en uno de ellos, intentando no quedar solo en la puerta, y dejé mi mochila a un lado para no causar ningún daño.

Empecé a jugar con el jarrón de la mesa de centro de la sala, un poco sin vergüenza, esto hasta que oí unos pasos en las escaleras. Deje rápidamente el jarrón donde estaba y me asomé a las escaleras, pero quien bajaba no era mi novia, era el hermano de Valentina, el cual no se que hace aquí.

Hice un gesto interrogante, parecía surrealista que él estuviera ahí, tanto que me hacía dudar si mis ojos no se equivocan.

—¿También vives aquí?—No estaba loco, así que no dude en preguntar, y tanta era mi curiosidad que ni siquiera lo salude.

—No—Contestó a mi pregunta, lo cual no me ha ayudado en absolutamente nada— Cumplo una deuda—Explicó.

—Ah ¿Y que le debes a mi novia?— Tal vez se deben dinero y venga a barrer su casa o algo así. pobre hermano de Valentina, lo han de molestar mucho.

—Le debo a mi hermana—Dijo aún bajando los escalones, explicando de nuevo para no dejarme con la curiosidad carcomiéndome.

—Y si le debes a tu hermana ¿Qué haces aquí?—Tenía muchas preguntas, per el era amable y las contestaba. El hermano de Valentina seguía bajando escalones hasta que llegó enfrente mío y se acercó peligrosamente a mi cara.

—Cumplo mi deuda—Repitió. Puso ambas mano en mis mejillas e hizo que volteara a verlo a los ojos, luego en un rápido movimiento comenzó un beso.

Estaba tan sorprendido y enojado, no podía alejarlo de mi, tenía mi cabeza en sus manos, lo que hacía que no me pudiera alejar de él, lo cual me hacía sentir atrapado, pero mas que todo confundido, pero no lo suficiente para entrar en shock.

Lo empecé a empujar hacia atrás con mis brazos y también lo pateaba para alejarlo de mi, ¡Esto era muy extraño! Demasiado surrealista para ser verdad, pero el ni se inmutaba, desesperado lo mordí, lo que hizo que se alejara de mi por reflejo al dolor.

—¡QUE HACES! ¡ASQUEROSO SARNOSO DEPRABAD...!—No pude terminar de gritarle como se merece, ya que el me volvió a besar, pero esta vez con más intensidad. Lo volví a morder, pero no se movía, ya que este movimiento ahora era predecible para el. 

Metió su lengua a mi boca, lo cual me causaba arcadas, ¡Este tipo esta loco! Le escupí en la boca, no se como describirlo pero fue asqueroso, con esa acción él me empujó y me caí al suelo.

El se limpió el escupitajo asqueroso que hice de la boca y dijo

—Te vas a arrepentir—Me amenazó.

Mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora