Vanessa
¡La cita con la reina!
Vanessa se sento en la cama, asustada y confundida abrió los ojos de repente. Su cabeza duele y se pasa una mano por su cabello para entender que demonios pasa. Olvidó por completo su cita con la reina y ni siquiera escuchó el molesto despertador. Rápidamente trató de ponerse en pie, pero sin recordar la noche anterior y todavía dormida, se regresó automáticamente sobre la cama porque su brazo aún sigue esposado a su cama.
Se sonrojo al recordar su escandalosa noche con Ishaq y escalofríos pasaron por su cuerpo.
¿Dónde está?
Miró a todos lados buscando a su lado, su cama esta vacía, ya no esta su ropa tirada por la habitación. Oh dios donde esta la maldita llave. Su novio no está por ninguna parte, la habitación está completamente vacía. Después de reacomodar su casa y dejarla limpia. Decidieron experimentar algo diferente y si, terminó esposada a la cama.
Ahora no sabe que hacer, no puede moverse de la cama y es muy seguro que llegue tarde con la reina y vaya que los ingleses odian la impuntualidad. Su celular está sobre su mesa de noche, así que con sumo cuidado y dolor en su muñeca por dormir esposada, levantó su pierna y la estiro lo más que pudo para tirar la mesa de noche, cuando el celular estuvo en el suelo, grito y tomó fuerzas de nuevo para acercar el celular con su pie y llamar a su novio con altavoz.
— Hola cariño — su voz es suave y cálida. Se alegró al escucharlo.
— ¿Donde estas? Ishaq tienes que regresar, tengo un pequeño problema — dijo nerviosa — Aún sigo esposada — su voz es un hilillo.
La risa de su novio es profunda — ¿Que te pasa? —
— ¡Olvidaste quitarme las esposas, regresa por favor, tengo una cita con la reina y no quiero llegar tarde! —
— Lo siento, lo olvidé por completo, regreso en unos minutos. ¿Quieres un café? — su voz es risueña.
— ¡No! solo quiero que traigas esa maldita llave —
Media hora después su mano pudo relajarse cuando Ishaq quitó las esposas, promete no volver a usar ese tipo de juegos en su vida. Corriendo por su casa tomó una ducha rápida y al salir sonrió cuando Ishaq escogió su ropa, tan sexy y moderna como siempre. En menos de lo que habia pensado, tomó su café, lavó sus dientes y se fue preparada mentalmente para regresar al lugar que nunca pensó volver a pisar.
Cuando vio de nuevo el gran palacio de Buckingham, su corazón vibró como tenia tiempo que no lo hacia, no puede saber si es por la emoción de entrar al palacio o es un temor que no sabe describir. Le gustó no ser el centro de atención, se siente más cómoda al confundirse entre los turistas que esperan en la puerta. No quiere atención, no quiere nada. Se acercó a la puerta trasera y dejo que el guardia la llevará hasta la sala de espera. Sin duda, le gusta no ser importante en Buckingham.
Tocó la suave tela del sillón y miró a su alrededor, todavía recuerda los buenos momentos en este viejo palacio, no puede negar que fue una buena experiencia pensar que sería una princesa, fue una buena época, pero se acabo en cuanto le quitaron todo y se burlaron de ella.
Los golpes de unos tacones al tocar el fino y pulido suelo llamaron su atención, claramente venía un grupo de personas parlotendo y armando un escándalo. Entonces la vio y se sintió orgullosa de no ser parte de la realeza.
La prometida del principe entró mostrando su costoso anillo a los empleados, orgullosa de ser la próxima reina y de ser la única mujer en el mundo que pudo quedarse con el mujeriego más conocido de Londres.
¡Pobre tonta! Alexander nunca le ha sido fiel a nadie, es un bastardo, un idiota y se burlaba de ella en su cara.Vanessa la miro pasar con una sonrisa burlona en los labios. Pero Vanessa fue una tonta como ella hace tres años. ¿Con quién la estará engañando el principe? ¿Con su amiga? Se burló por está pobre mujer. El principe jamás cambiará, ni siquiera porque su boda se aproxima y mucho menos por un heredero, le quedo bastante claro que un bebé no ablando su corazón.
Caminó por los amplios pasillos hasta que el guardia le indicó que la reina está lista. Siente un poco de pena por llegar tarde y por tener la marca roja de la esposa en su muñeca que esconde debajo de su manga. Cuando el guardia se detuvo justo delante de la puerta, tomó un gran respiro y se preparó para no tirarle encima su maletín al hombre que le arruinó la vida.
— Siento llegar tarde, es el cambio de horario — dijo después de poner su maletín sobre la mesa.
— No pasa nada querida — contestó la reina con dificultad, solo mira a la única persona que puede salvar su vida — Me alegra que estés aquí. ¿Comenzamos?—
— Claro —
Pero Vanessa puede sentir la penetrante mirada del príncipe sobre ella, hostigandola y metiéndose en su alma. Solo una vez lo miró, sentado al lado derecho de la reina, tan atractivo y varonil como siempre lo a sido, su perfecto traje y su cabello rubio no han cambiado a pesar de los tres años que paso sin verlo, pero después de posar su mirada en él unos segundos, la alejó y puso atención a todas la opiniones de los médicos sin dejar de escucharlos, aún cuando Alexander la pone nerviosa, pero no caerá en sus juegos de nuevo, jamás, que se pudra en su matrimonio arreglado.
— Creo que sus médicos ya le han explicado la parte difícil de la operación, me gusta ser sincera con mis pacientes — miró solo a la reina — Usted Alteza, puede quedar ciega o paralítica, inlcuso puede morir — se detuvo ante la mirada asustada de los médicos — O no podría pasarle nada y quedar totalmente sana —
— ¿Esta proponiendo una cirugía? — pregunto un médico horrorizado.
Vanessa sonrió malevolamente, no porque haga sus cosas mal, sino porque le gusta asustar a los viejos médicos y su miedo a la medicina. Puso sus manos sobre la mesa, mostrando sus anillos y los pequeños tatuajes que estos ocultan, paso su negro cabello a su espalda y sus ojos brillaron emocionada por conseguir a un nuevo paciente.
— No gane un premio por ser la típica doctora que pasa los siente dias de la semana resetando la misma medicina. Si quiere tener una buena vida de nuevo, le ofrezco una nueva alternativa, una cirugía que será difícil... pero usted estará sana.—
Los médicos se opusieron diciendo que una cirugía tan larga la mataría, ella moriría en el quirófano, pero la reina sonrió como una adolescente y tomó la mano de su nieto.
— Si, hagamos esa cirugía — contestó emocionada. La doctora sonrió ampliamente.
— Usted no se preocupe por la cirugía, yo me haré cargo del trabajo difícil —
Ambas mujeres sonrieron, pero Alexander no podía quitar la mirada de Vanessa. Su estrecha cintura, las puntas de su cabello, su delicadas manos que imagina pasando por su espalda al hacerle gemir de placer, sus largas piernas, besar su blanca piel y sobre todo su hermoso rostro que no puede olvidar. La quiere, la quiere. Oh esta enamorado. Quiso ponerse de pie y tomarla para hacerla suya como antes lo hacía. Quiere llevarla a su habitación favorita en Buckingham y enterrarse entre sus piernas. Tuvo que acomodarse en su asiento para que no descubrieran su creciente placer por la mujer que coquetea con una sola mirada. Se siente como un tonto adolescente al imaginarla de esa manera y desearla con desesperación.
Se fijo en su pecho y se percató que no tenía el collar puesto y cuando pasó la vista por sus carnosos labios, pensó que explotaría de placer, pero la mirada profunda e indiferente de Vanessa lo asustó, logrando que su erección bajará en menos de un segundo.
Porque se dio cuenta que se olvidó de él y que lo odia con toda su alma.
ESTÁS LEYENDO
Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...