Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

¿Y si tenemos sexo en el cine?

Alexander

— ¿Papi, por fin puedes contarnos un  bonito cuento de princesas y principes qué son cómo nosotros? — Helena se hizo un ovillo entre sus hermanos en la cama, es la pequeña consentida de Andre y Christian — Papi quédate hasta que cerremos nuestros ojitos, después traes a mi mami y mis hermanas para dormir todos juntos —

Alexander les sonrió a sus hijos y con una sola mirada le ordenó a los asesores que lo dejen en paz, lo qué menos quiere es que lo regañen por besar a su esposa en publico o que le enseñen los titulares de las revistas, no quiere saber nada de eso, sólo quiere contarle un buen cuento a sus hijos y ayudarlos a dormir, sus pequeños retoños no tiene que sufrir una vida solitaria por ser herederos a la Corona. Alexander a la edad de ellos, ya estaba en un internado y dormía sólo, sus hijos duermen en la cama de sus papás y se abrazan entre ellos como unos adorables muñecos. Vanessa los está consintiendo tanto qué los trillizos casi cumplen 4 años y aún no quieren irse a su propio cuarto, Alexander sonrió de lado y cubrió con la sábana a sus hijos para taparlos del frío de las noches en Londres.

Lucen adorables con sus mejillas rojas por pasar días bajó él sol de la playa, con sus ojos cansados por jugar todo el día y por sus pequeños bostezos, claro que les contará un adorable cuento especial para príncipes.

Alexander sonrió y miró a sus hijos, tiene tanto trabajo que tendría que estar encerrado en él parlamento, pero nada, ni nadie lo alejará de sus trillizos, que esos maldito asesores esperen hasta que termine de ser un buen papá.

— Había una vez una princesa que tenía una hermosos corona y tenía dos jóvenes y muy apuestos hermanos... — Alexander se quedó un segundo pensando en que más decir, pero cuando bajó la vista y vio a sus hijos completamente dormidos terminó su cuento cono sí lo fueran a escuchar — Pero una bruja malvada hizo que la princesa se muriera al caer de las escaleras del palacio y sus hermanos se convirtieron en horribles monstruos que aparecen debajo de las camas para matar niños que no se duerman — Alexander se inclinó y besó a sus hijos en la frente — Dulces sueños les desde papá —

No dejó él cuarto en oscuridad, lo dejó a media luz como le gusta a sus hijos hasta que puedan sentir a su mamá a su lado en la cama porqué Vanessa los tiene tan consentidos que los niños no se duermen completamente hasta que no la sienten a su lado, Alexander sabe que los niños ya deberían de estar en sus propios cuartos y que no deberían de consentirlos tanto, pero son tan adorables qué nunca les puede decir que no y aquí los tiene, a sus tres adorables hijos, qué no escuharon cuentos de terror, acostados en la cama del rey y qué seguramente Alexander tendra que dormir en otro lado.

Pero al salir por la puerta su faceta como un papá dulce se acaba y cuando mira a sus asesores esperandolo en el pasillo, Alexander se arregla él sacó, se acomoda su reloj, se pasa las manos por el cabello y vuelve a ser ese frío rey que desprecia a todos con una sola mirada. La demas gente no tiene que conocer esa faceta de él, en la monarquía las relaciones entre familia son demasiado frías, qué todo Londres siga pensando lo mismo, qué es un hombre de pocas palabras, qué sigue siendo un mujeriego como los antiguos reyes con sus amantes en las habitaciones mas alejadas del palacio, pero Alexander no tiene tiempo ni para pensar en el trabajo, menos para verle las piernas a otras chicas, menos ahora que Vanessa quiere tener sexo todo el tiempo, literalmente es todo él tiempo, en todo momento y aunque él ya esté cansado, Vanessa siempre quiere más, algun día va hacer que él pequeño Alex se enferme.

Alexander sonrió ampliamente resultandole extraño a los asesores, Vanessa ya no puede decir que no está embarazada, no despues de estos días de fogosidad y sexo ardiente, no cuando es ella quien se pone vestidos provocativos para que vaya corriendo detras de ella cómo un par de amantes locos por consumir ese deseo, Alexander sabe que con Vanessa no importa si él sexo es en el piso, en los sillones o en la cocina, ellos pueden tener sexo donde sea sólo necesitan desmotrarse cuanto se quieren y Alexander sabe que será un hombre muy frío, pero en la cama no lo es, lo era con sus amantes pasadas, pero con Vanessa no, con ella siempre quiere más, hacerla sentir unica y especial, ver como sus piernas tiemblan de placer y ver sus mejillas rojas por la fogosidad del pequeño Alex, pero....