Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

Capitulo 44

Vanessa

— ¿Doctora esta segura de seguir con la cirugía? El rey la está esperando — 

Vanessa detuvo sus movimientos sobre el cerebro de su paciente y miró al asesor del rey. Lo puede ver a través de sus anteojos quirúrgicos, ahí de pie junto a la puerta, con su perfecto traje negro, un cubrebocas improvisado y su cara de asco al ver la sangre. No lo culpa, aquel pobre hombre está a punto de desmayarse. Cuidar a la rebelde esposa del rey debe ser horrible.

— ¿Falta mucho para la cena? — pregunto mientras se muerde el labio nerviosa. — Estoy segura que puedo terminar mi trabajo —

— Doctora los preparativos para la cena ya comenzaron. El rey ordenó que estuviera ahí, llegaremos un poco tarde, pero estará ahí para la presentación si deja de operar ahora mismo —

Dejo de ver al asesor y miro los rostros de sus compañeros de cirugía. Todos esperan su respuesta dudosos sobre que hacer. Es la única que puede hacer esta cirugía, no puede dejar la vida de este paciente en manos de otra persona, tiene una familia que espera que ella salve su vida.

En este momento tendría que estar bella y preciosa, como una linda muñequita embarazada, tomada del brazo de Alexander para salir al balcón principal de Buckingham con una amplia sonrisa y cenar con los hombres más importantes del mundo, porque es la esposa del rey y ahora tiene un deber con Inglaterra.  Pero cuando baja la vista y ve sus manos con los guantes ensangrentados y el cerebro latente a unos centímetros de ella entiende que no puede irse.

— No iré a ningún lado. No dejaré la cirugía — contesto segura de sus palabras. El asesor abrió mucho los ojos sorprendido y replicó.

— Eso no puede ser posible. El rey ordenó verla ahí y tiene que estar en el palacio ahora. Es su deber estar en todos los eventos de la realeza, ya no es cualquier mujer —

Negó con la cabeza. Ya dio una orden y no piensa cambiarla. Todavía no es la reina, pero en el quirófano ella es la que manda. Ni siquiera a parado de atender durante todo el día y mucho menos a puesto atención al terrible dolor que siente en el estómago, así que no parará por una cena.

— Dije que no y dígale al rey que se casó con una doctora. Iré hasta que termine la cirugía — respiro profundamente para soportar el dolor que cada vez más se extiende por su estómago y su cintura — ¡Por favor que alguien me traiga algo en lo que sentarme! El dolor me está matando —

Probablemente Alexander esté hecho una furia cuando llegué al palacio, con su rostro duro y calculador, regañando a sus sirvientes mientras camina desesperado por los pasillos de Buckingham y su madre, de seguro esta más nerviosa que nada, es su primera vez en el palacio y su hija ya la está dejando en vergüenza y toda la alta sociedad inglesa está pensando lo peor sobre la nueva esposa, que es rebelde y no obedece al rey. Pero antes de conocer a Alexander era doctora, se casó siendo doctora y se morirá siendo doctora. No va a dejar de hacer lo que le gusta solo por ser la esposa del rey.

Ella no es una chica fácil.

— ¡Por dios mujer! Deja de hacer muecas de dolor que me pones nerviosa — dijo Barbara al entrar a la sala de limpieza unos minutos después de terminar la cirugía — Ve con un médico y revisate... Algo me dice que estás en trabajo de parto —

Vanessa se lavó las manos y se río por lo bajo. Nunca antes había experimentado tal dolor, pero esta segura que no son sus bebés. Tampoco tiempo para ir con su médico.

— No es eso, aún me falta un mes para tener a mis bebes. Son los jodidos asesores todos los días detrás de mi, al parecer todo lo que hago está mal para la corona. Es el horrible sonido de la gaita todas las mañanas. Es la anciana que aparece igual que un fantasma dándome órdenes. Son las jodidas 48 horas que llevo trabajando en el hospital, solo estoy cansada  — masajeo sus sienes y refunfuño molesta— La realeza me va a volver loca. Quiero estar soltera de nuevo, podría irme a mi casa y tirarme en la cama y no asistir a esa cena —