Vanessa
Vanessa después de terminar una de sus cirugías más largas, entró a la cafetería del hospital, ese lugar que es el centro de reunión para todos los médicos. Esta completamente llena y el ruido de las conversaciones y de los pacientes la hace sentir en casa. Pero la mirada que hicieron todos al verla entrar, fue tan rara, como si fuera extraño verla ahí.
— ¿Que les pasa a todos, porque me miran de esa manera? — le preguntó a Barbara en cuanto tomó asiento junto a ella.
— Bueno, eres la reina, creo que todos tienen un poco de miedo de ti — Miró a todos a su alrededor. Sus ojos están puestos en cada uno de sus movimientos, hasta fotografías tienen de ella.
— Pero no les haré nada. — dijo con el ceño fruncido.
— Pero eres la reina, Vanessa — su amiga cerró sus documentos y la miró con determinación. Sus sonrisa es amplia — Todos tienen miedo del rey, que por ciento es tú esposo —
— Pero Alexander no es malo, es muy romántico — soltó un suspiró enamorada y se recargó en el asiento de la silla. Cada vez que piensa en él, las mariposas de sus estomago borlotean de la emoción. No importa lo molesta que esté con él, siempre estará enamorada.
— Él es amable y romantico contigo, porque esta enamorado de ti y eres la mamá de sus hijos... pero él es rey — Barbara guardo sus documentos en su bolso. Todos los médicos salen como si fueran al mismo lugar — Estos días he visto la carga de trabajo que tienes, debe ser difícil ser reina —
— Yo... olvídalo, es muy difícil, quizá es porque yo no nací en la realeza, pero también las gemelas y los niños ocupan la mayor parte de mis días. —
Barbara soltó unas carcajadas. Antes Vanessa se burlaba de ella cuando decía que no podía ir a las fiestas por estar cuidando a su hija, ahora es ella la que parece una mamá paranoica.
— Majestad — dijo su amiga burlona.
— ¡Callate! No me digas así, me haces sentir como una anciana y soy bastante joven —
— ¿Quieres ir a la fiesta de bienvenida de los nuevos internos? — Barbara sonrió — Ya se que el rey me odia por llevarte a lugares de mala muerte, pero son divertidos. Las cenas de Estado a las que asistes, están de flojera amiga
— No se si pueda ir, tengo que preparar un discurso. Hablaré para el presidente de Estados Unidos, yo... — su amiga se inclinó sobre la mesa y le tapó la mano para impedir que hablara.
— Te estoy obligando a ir, vamos. Te vas a divertir —
No pudo decirle que no. Se divierte siendo la reina de Inglaterra, pero necesita recordar sus viejos tiempos como la chica rebelde que era. Tomó de la mano a su amiga y la llevó hasta el auto negro de la Corona, el chófer abrió la puerta para ella, pero su amiga se detuvo antes de subir. Por lo menos Vanessa ya se acostumbró al lujo de su vida.
— Sube, Barbara. El auto no muerde —
El chófer las llevó hasta uno de los barrios más populares de Londres, una viejo Pub llenó de gente y la música de rock suena por todo el lugar. Todo huele a cervezas y a cigarrillos. Se siente como una universitaria en su fiesta de iniciación. Pero no es tan grande, apenas tiene 30 años. Es una pequeña jovencita madura con cinco hijos.
Su amiga la llevó hasta la pista de baile, así como bailaban años antes. Tomaron un par de cervezas hasta el punto de sentirse mareadas. Esa es la magia del alcohol. Incluso uno de sus nuevos internos le coquetea descaradamente, no, no querido, no perderá al rey solo por un nuevo chico.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...