Vanessa
— Listo doctora, ya puede verse en el espejo — el diseñador retrocedió unos pasos para darle espacio — Le encantará el vestido de novia. Incluso es mejor que él de la anterior prometida del rey —
Vanessa fingió una sonrisa. Apenas y le gusta que hablen de Alise. Ahora todo el mundo la compara con ella.
No quiere hacer el ridículo enfrente de todos los asesores de la corona y de su familia. Se siente un poco nerviosa ante sus miradas cuando posan sus ojos en el vestido de novia. Aun no sabe como va a poder caminar hasta el altar. Apenas puede caminar bien y no puede respirar porque le apretaron tanto el corset para que tuviera una estrecha cintura, que sus senos se ven muy grandes.
Sus bebés están sufriendo con este apretado vestido.
Se siente ridícula con el largo velo de novia. Prefiere su versión rockera y desaliñada. Sin embargo, desde que Alexander le pidió matrimonio es el nuevo títere de la realeza. Todos quieren opinar sobre su boda, todos quieren enseñarle a ser reina y todas esas mujeres odiosas solo le hablan para estar cerca de Alexander. Las detesta. Caminó haciendo resonar sus zapatillas hasta llegar frente a los grandes espejos, pero al levantar la vista no le gustó para nada lo que vio.
— ¡No! — grito furiosa. Su madre casi deja caer su taza de té — ¡Me veo horrible! ¡Esta no soy yo! —
Su abuela rodó los ojos y soltó un par de oraciones al aire, pero su madre y Barbara se acercaron para arreglar el vestido. Es obvio que no pueden arreglar nada. ¿Cambiar el vestido? Lo que necesita es quitarse ese gran estómago.
— Te ves fantástica. Todo Londres querrá tener este vestido — soltó su madre después de un suspiro, miro a su amiga esperando una respuesta. Barbara la tomo por los hombros.
— El vestido es hermoso, todas te envidiaran... pero esta versión de Cenicienta cursi, no eres tú —
Hay algo que no esta bien en ella, la quieren hacer sentir como una muñeca. Intenta llevarse bien con toda la realeza, pero no pueden decidir en su boda. La peinaron y la maquillaron a su gusto. El vestido es tan largo que incluso sale de la sala, las piedras son excesivas y pican su piel. La estupida corona cae sobre su frente todo el tiempo, pero eso puede arreglarse. Lo que la hace sentir tan horrible es su muy grande y estorboso vientre. Puso sus manos sobre su cintura.
— No ve voy a casar así. ¡Todos se burlaran de mí el día de mi boda! — contesto regia a no rendirse ante la mirada suplicante de su madre. — Todas esas damas solo esperan para verme caer ante todos. Usan sus molestan voces para tener una oportunidad y hablarle a Alexander, Rey, majestad, alteza — imita su voz quejosa — Pues no les daré la oportunidad. Prefiero esperarme —
— ¡¿Qu?e! No puedes hacer eso. Alexander ya pidio tu mano y acepto las condiciones de la familia— su madre se paso las manos por el cabello — Hasta tu abuela lo está enseñando a hablar español —
— Lo se mamá. Me siento terrible al hacer esto pero ¡Mírame!— paso sus manos sobre su vientre, esta más pesado que nunca — Tengo siete meses de embarazo. Parezco una ballena vestida de novia —
Su estómago cada vez es más grande que un embarazo normal. Así que esta muy lejos de parecer una Barbie en su vestido de novia y no se casará así. Si va a convertirse en reina, lo hará cuando ya no tenga a sus bebés, no cuando en cualquier momento este asustada porque puede dar a luz. Seria terrible dar a luz el mismo día de su boda.
Un nuevo asistente del rey la mira con cierto temor al hablar.
— Doctora... usted no puede hacer eso — paso saliva — Tiene que casarse de inmediato. La reina no quiere que los bebés nazcan fuera del matrimonio. Seria algo imperdonable para los futuros príncipes —
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...