Vanessa
Vanessa abrió los ojos con mucha pereza. El frío la obliga a buscar un refugio caliente. Pero no quiere levantarse, solo quiere seguir dormida entre las sabanas. Rueda por la cama como siempre lo hace cuando duerme sola, pero esta vez esperaba refugiarse sobre el pecho de Alexander, sin embargo, la cama está vacía y tampoco escucha la suave respiración de su sobrino. Se sienta de repente haciendo las sabanas a un lado y saliendo de la cama para buscar en la cuna, pero ni siquiera esta el pequeño oso de peluche que Alexander le regaló a su sobrino.
Se detuvo en medio de la habitación para buscarlos, pero no hay ni un rastro de ellos, no es que desconfíe de Alexander, pero no sabe como cuidar un bebé.
El dolor en su entrepierna la hace caminar lento hasta el baño. Cualquier persona podría adivinar que pasó la noche teniendo sexo y que por esa razón tiene tanto sueño. Es raro que sienta dolor en su entrepierna, no es feo, es placentero, pero Alexander había estado más fogoso que otros días y no quiso parar en toda la noche.
Quizá decir el te amo lo afecto mentalmente.
Tomó una ducha rápida, ya que quiere ir por su sobrino lo más rápido que pueda. Aunque no quiere borrar los besos que dejo sobre ella, incluso su piel huele al perfume de Alexander. No esta interpretando mal lo que siente, le gusta estar hablando con él o jugar con su cabello cuando duerme, quizá esta enferma por quererlo tocar todo el tiempo, ya sea con una simple mirada o rozar su mano sobre su mejilla. Jamás a estado confundida, lo quiere pero es imposible que lo ame con desesperación de la noche a la mañana. No sé puede querer a alguien que te rompió el corazón.
Sonríe frente al espejo mientras peina su cabello. Alexander no es un santo, ni ella una virgen. Cometieron errores pero esta segura que le está dando una segunda oportunidad.
Después de mandarle una serie de mensaje a su novio donde le miente y al decirle que está de viaje con sus amigas. Salió de la habitación para buscar a sus chicos por el castillo. Paso rápido por los pasillos oscuros sin detenerse a mirar nada, no quiere que se le aparezca el fantasma de una reina sin cabeza, con sus propios problemas esta aterrorizada.
Mientras sigue caminando, por lo menos espera escuchar el lloriqueo de su sobrino o la voz desesperada del principe mientras intenta cambiarle un pañal. Pero en lugar de eso escucha un par de voces en la cocina. Sin duda es la risa de Alexander y cuando lo escucha su corazón se alborota, pero al escuchar la voz de la anciana se detiene junto a la puerta para escuchar.
— ¿Seguro que no es tu hijo? Estoy segura que esa joven sería capaz de mentirte — dijo la misma anciana del día anterior, aquella que la había mirado de mala forma. Por supuesto que no es hijo de Alexander, si lo fuera seria más bonito, el bebé es agradable pero no tiene los genes de aquel atractivo hombre.
Se escucho la risa profunda de Alexander. Seguramente se esta burlando de la anciana.
— Estoy seguro que no es mío. Pero estoy intentando tener a mi heredero con ella. Así, que posiblemente pronto sea padre — contesto rápido.
— Pero ella no es inglesa. No sabe nada sobre nosotros o como debe ser alguien de la realeza. Ella solo juega contigo — Vanessa tenía tantas ganas de entrar a la cocina y decirle un par de cosas a aquella mujer — En cambio, Alise es perfecta para llevar la corona. Sus padres son duques, su familia es de Inglaterra, tiene todo para ser tu esposa
Alise, alise, la perfecta chica. Jamás la dejaran de comparar con ella, porque para todos y quizá también también para Alexander, que Vanessa sea independiente y liberal es un gran problema.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...