Vanessa
— Mi primer bebé se llama Andre, porque se parece al nombre de su papá. El segundo se llama Christian como el sexy señor Grey — Vanessa tomo asiento en el pasto y alejó de sus bebés las mantas. Les dio un sonoro beso en la frente dejando marca por su labial rojo — Y mi hija se llamará Helena, como la mujer que destruyo Troya. ¿Crees que suena bien sus nombres? —
Antes de tomar asiento Barbara ayudó a su hija con un papalote. Las bolsas de sus comprar las rodean a las dos. Ya era necesario que su hija tuviera ropa de niña, no la podría seguir vistiendo como un pequeño jugador de fútbol. Ahora tendrá tanta ropa rosa y vestidos, que nadie la volverá a confundir con sus hermanos de nuevo.
— Reina Helena, si, creo que se escucha bien — los bebés apenas y hacen pequeños sonidos con sus bocas — Va a ser una reina con un nombre un tanto... original —
— ¿De ellos que piensas? Mi madre quería que los llamará como un actor de telenovela — les acomodo sus gorros y los expuso un poco al sol — Mis bebés parecen muertos vivientes —
La piel de sus hijos es tan blanca que incluso los pocos mechones de su cabello son casi blancos. Sonrió y tomo un par de fotos cuando le puso los pequeños lentes que mandó a hacer para ellos. Es la primera vez que salen a un parque, sus pequeños cuerpos tiene que tomar el sol.
¡Por dios todo el mundo tiene que darse cuenta que también son latinos!
— Andre es perfecto para un príncipe. Es elegante y sofisticado — su amiga río entre dientes — Pero ¿Christian? ¿Acaso quieres que sea un depravado sexual? —
— Yo fui una depravada Barbara. — ajusto sus gafas de sol y sonrió ampliamente — Mi primera vez fue a los 15 años con uno de mis maestros. Me gustaban demasiado los hombres, tanto, que podia tener a uno diferente en mi cama cada semana. No soy ni la típica chica virgen. Ni la torpe inexperta. Antes de ser mamá viaje por el mundo, tomé hasta perder la conciencia y quizá fume cosas extrañas. No puedo culpar a mis hijos si son iguales a mi. —
Los parques en Londres le gustan porque son grandes, el color verde de los árboles se ve infinito ante su mirada. Le encantan, porque puede salir sin el peligro de ser perseguida por miles de periodistas preguntando por su boda. Vanessa abrió los ojos de nuevo y tomó un sorbo de su limonada.
— Ya quiero ver lo que hará el rey si tu hija sale igual a ti. Loca por el sexo. Le va a dar un infarto por tu culpa —
Vanessa miró seriamente a su amiga. Pidiéndole ayuda con un simple parpadeo de ojos. Tan significativo que su rostro dice más que mil palabras.
— Barbara... el día de mi boda, no sueltes mi mano, por favor — se mordió el labio nerviosa, enseñando los hoyuelos de sus mejillas — Estaré literalmente muerta de miedo. Solo acompáñame hasta el altar —
— No lo haré. Tu hiciste lo mismo por mi, sin olvidar que mi boda fue en la playa. Solo de imaginar la tuya, tengo escalofríos —
— Estos días han sido demasiado. Pensé que esperaríamos más para la boda.... paso mis días en el hospital y mis noches junto a Alexander eligiendo cada detalle de la fiesta, que invitados, las invitaciones, y el sabor del pastel. Sin olvidar que los bebés siempre lloran en la madrugada, los tres al mismo tiempo y su papá, dios, ya es experto en cólicos. Eso parece una maldita matanza de texas — se recostó en el pasto con sus hijos sobre su pecho. Cerró los ojos al sentir la calidez del sol — Solo quiero una noche a solas con el rey —
Cerró los ojos con fuerza tratando de imaginar que no esta vestida como una rockera de los 70 y que lleva traje de baño, así que puede sentir la arena jugando con su piel y el sonido de las olas del mar, en una playa paradisíaca, lejos de pañales olorosos y senos rojos de tanto amamantar. Pero su sueño terminó terriblemente cuando la pequeña boca de Christian busca desesperadamente su seno. Lo conoce, esta a punto de llorar, sus ojos azules se llenan de lágrimas y su boca se abre para soltar el primer llanto y si el llora, lo harán los otros dos también.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
Storie d'amoreHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...