Alexander
En tiempos pasados era prohibido para todos que alguien de la realeza se golpeará, aun con mayor razón si era el heredero a la corona. Asi, que las nanas del palacio de Buckingham y sus sirvientes no dejaban ni que le diera el aire al principe de Inglaterra. Gracias a sus abuela que contrató a su nana de senos grandes, aquella mujer que le enseñó a no caerse y tener sexo, a esa nana la adoraba.
La última vez que Alexander sintió dolor fue hace mucho años, realmente fue un dolor físico al quebrarse su brazo. Desde sus 10 años ya sabía que su gusto por las mujeres le traería mala suerte. En su pequeña mente estaba enamorado de una de sus primas lejanas, princesa de algún país europeo, pero él, solo podía ver sus ojos y al ser el principe tenía todo lo que quisiera y a su vez no podía hacer nada, así que para impresionarla se escapó de sus nanas, trepó a un árbol y en menos de tres segundo estaba de nuevo en el suelo con un brazo roto.
Alexander hace una mueca de dolor al mover su brazo y sentir una fuerte molestia. Su brazo no está quebrado, puedo moverlo con dificultad, aunque el dolor es tolerable gracias a los medicamentos que le dio su médico. Nunca antes se había sentido tan agradecido de ser príncipe en su vida, le gusta los privilegios que puede tener al ser de la realeza, así como las enfermeras que se abren el escote al atenderlo o sus guardias que lo subieron a su auto y lo alejaron de la casa de Vanessa, todos ellos hacen que su tiempo en el hospital no sea aburrido.
Una de las enfermeras, una linda dama de cabello rojo, se inclina a buscar un par de guantes enseñando su gran escote. En otro momento la tomaría de la cintura y la haría suya sin importar que estuvieran en un hospital, pero eso ya es cosa del pasado. Ahora, resulta que su deseo sexual y su miembro solo despiertan ante los senos de otra dama. Sonríe de lado al ver el rostro asustado de la enfermera cuando entra una doctora.
— Majestad — levantó la vista al ver como una doctora hace una reverencia. Su traje es azul, parecido al de Vanessa y sus ojos grandes lo observa con curiosidad — ¿Quiere más anestesia para el dolor? —
Alexander miró su brazo, solo tiene un par de rasguños y algunos golpes que dejaron partes rojas, pero el golpe fue muy superficial. A sufrido más daño en su espalda cuando sus amantes se aferraban de placer, incluso una vez sangró, asi que esté golpe no es nada... Solo se lamenta no poder usar su brazo durante unos días para tomar las caderas de una dama. Ya saben, gustos masculinos durante el sexo.
— No quiero más anestesia, ya no siento dolor — sonrió al sentir su fuerte mirada sobre el. No es algo sexual, solo curiosidad exagerada — Dejé ordenes claras para que nadie supiera que estaba aquí. Incluso me cambié de nombre —
— Lo siento Alteza, en el hospital las noticias viajan más rápido que un rayo. Además, ha estado saliendo con una doctora y todos sabemos quien es — aquella doctora se cruzó de brazos — Dígame la verdad. ¿Mi amiga intentó matarlo? —
Alexander no pudo contener la risa. Esta más relajado, incluso ya no le importa si algún vecino pudo verlo en el suelo, que piensen lo que quieran. Esa caída valió la pena.
— ¿Matarme? No, ella no lo intento. Lo único que hizo fue cerrar su ventana. Estoy seguro que jamás creyó que me estaba sujetando de su venta —
— Conozco a Vanessa, es como mi hermana — sonrió de lado — Cuando esta enamorada tiene arranques de locura —
— Me temo que esta vez fui yo quien salió perdiendo. No pensé con claridad al escalar su ventana, aunque podría intentarlo una segunda vez —
— Creo a las enfermeras les encantará verlo de nuevo — Alexander se recargó en su camilla — Mi amiga sufrió mucho cuando perdió su bebé, jamás la había visto así, pero cada vez que lo pienso mejor, ustedes dos deben estar juntos — le dio una receta — Todos en el hospital queremos que usted se quede con Vanessa. No deje que aquel aburrido árabe se quede con ella. Yo aposté que se quedaría con usted, no me haga perder —
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...