Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

Capitulo 36

Vanessa

— Tía ¿Es verdad que tienes unos bebés ahí dentro? ¿Te duele? — su sobrina Abby esta de pie junto a ella en el sillon, dejó de ver la película para golpear su pequeño dedo contra su vientre — ¿Cómo entraron tus bebés  ahí? —

Vanessa dejo de comer para mirar a su sobrina. La pequeña esta esperando una respuesta con sus grandes ojos y su dedos presionando su estómago. ¿Que puede decirle? Que Alexander dejó a sus bebés dentro de ella después de tener sexo... no eso es muy traumante. ¡Espera que sus hijos tampoco hagan preguntas tan adultas! ¡Que se las hagan a su papá!

— Pues... una cigüeña que está enamorada de...  — comenzó a decir pero la niña negó con la cabeza. Al parecer todo el mundo cree que la depresión se cura cuidando niños, porque ahora es la niñera de la familia. Sus hermanos se arrodillaron junto a ella y acercaron sus ojos a su vientre.

— Yo creo que son extraterrestres — el par de niños la miran como si fuera algo extraño. Tomó asiento en el sillón y se acercó a sus asustados rostros.

— Mis bebés son alienígenas — susurro como si contara un cuento de terror, sus hermanos y su sobrina salieron corriendo por la sala de estar. Al quedarse sola cambió la pelicula de niños por una dramática. Por fin sola de nuevo. Lo único que hace durante el día es comer, dormir y ver películas. Alexander todos los días envía a su casa los pastelillos del palacio que tanto le gustan.

Su abuela entró a la sala pero no solo para verla, apago el televisor y se detuvo con los brazos cruzados. Su rostro es serio.

— ¿Vas a seguir así para siempre tirada en el sillón y llorando? — le preguntó.

— Si, creo que sí —  contestó rápidamente sin prestarle mucha atención. Ni siquiera ha ido a trabajar, no puede levantarse del sillón.

— Te quiero, pero eres una tonta. — Vanessa abrió mucho los ojos ante el tono de voz de su abuela — No escogiste a cualquier hombre para que te embarazara, sino a un rey, escuchaste bien ¡Un Rey! No contestas sus llamadas y no quieres verlo. Llevas más de dos semanas llorando, basta de parecer un anima en pena —

— ¿Que quieres que haga? ¿Que vaya a verlo? Nadie sabe de mi embarazo, no quiero causar un escándalo. Ya la gente me odia bastante por causar que cancelaran la boda real — se quitó la manta de encima y dejó la comida en otro lugar.

— Que no te importe nadie. Llegará el día en que él se canse de llamarte y no respondas. Ponte de pie y ve a verlo ahorita mismo — la tomó del brazo como si fuera una niña y la puso en pie. Su abuela no bromea.

— Vale, vale, que conste que ya lo había pensado — le sonrio, tomó su celular y comenzó a caminar hasta las escaleras, pero su abuela la detuvo con la mirada.

— ¿Iras vestida de esa manera? —

— Es ropa para la depresión abuela. Pijama y cabello despeinado todos los días —

— ¿Estas mal? Creo que no te queda claro que es un Rey. Tienes idea de cuántas mujeres quisieran estar en tu lugar, condesas, duquesas y mujerzuelas que se vestirán lo más sexy posible para provocarlo, no irás vestida como una pordiosero. Arreglarte como la latina que eres. —

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Vanessa

Estacionó su auto a las afueras del palacio de Buckingham, muy lejos de los periodistas. La lluvia es poca y el día es gris, así que se refugia mejor en su chaqueta. Camina con cuidado de no caer por sus altas zapatillas, no quiere hacer el ridículo. Se dirige a la entrada de visitantes mientras trata de cubrir su estómago, pero es imposible porque  cada vez más su ropa se va quedando más chica y su chaqueta ya no puede cubrirla.