Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

Capitulo especial. El tatuaje del rey.

Alexander

A Alexander le encanta despertar en la habitación de Vanessa, precisamente en su cama, porque entre está habitación y las demás que hay en Buckingham hay una gran diferencia, aquí la cama es amplia y suave, las almohadas son cómodas y desprenden un delicioso perfume, ese perfume femenino que a él tanto le gusta.

Esta de más decir que a su abuela reina no le agrada la idea de que su nieto se escabulle por las noches en la habitación de la reina. La tradición es que duerman separados y sería lo ideal, sino fuera porque tiene que sentirla a su lado. A veces por las noches toca su cabello y delinia las curvas de su rostro, porque a ella no le gusta que la molesten dormida y hace muecas graciosas. Vanessa siempre dice que las únicas que se parecen a ella son las gemelas, pero se equivoca, por las noches la mira muy bien, como un paisaje el cual no quiere olvidar y ella, aunque no quiera aceptarlo es igual a los trillizos, quizá no físicamente, pero sus gestos son idénticos hasta su manera de reír es igual.

Así que para terminar su noche y comenzar su día de una muy buena manera, ya saben, para que el rey esté de buen humor y pueda escuchar a todos los molestos políticos que quieren verlo en Buckingham, estiró su brazo por la cama para buscar el cuerpo caliente a su lado. Tiene los ojos cerrados y una sonrisa de lado, quiere sentir esas curvas latinas y saborearlas con su tacto, quiere tirar sus pantaletas fuera de ella y quiere encerrarse en la habitación hasta que sus asesores toquen desesperados la puerta. Porque el sexo mañanero es el mejor. El siempre se despierta deseoso y Vanessa siempre esta disponible para él.

Pero abrió los ojos confundido al tocar dos cuerpos calientes, pequeños y regordetes. Abrió los ojos y miró a las gemelas en el lugar de la cama donde debería estar Vanessa, las dos lo miran, uno, pidiéndole que ya las nombre de alguna manera y dos burlándose de él, porque esta seguro que miró una sonrisita graciosa. Sus ganas de tener sexo mañanero se esfumaron por completo cuando sus bebés hicieron pequeños sonidos, lástima que su entrepierna no piense lo mismo, tendrá un terrible dolor mientras recuerda que hace unos años él despertaba con una mujer nueva cada dia.

— Hola papi —  lo saludo Helena saltando de un lado a otro de la cama, puede escuchar su película infantil en el televisor —No quería despertarte y yo quería ver la película. Es muy divertida. ¿Te quedarás con las gemelas y conmigo? Estamos solas, Andre y Christian están con la abuela —

Alexander se pasó las manos por el rostro. Odia la música infantil que sale en las películas, pero tiene tres hijas, ya se enseñó a soportar cosas peores, como el día que Helena lo maquilló o cuando se enseñó a llevar a su hija al baño o cuando tuvo que ponerse unos senos falsos para darle de comer a las gemelas. Levantó la vista por toda la habitación, ni en la pequeña sala de estar, ni en el gran vestidor, nada.

— ¿Donde está tu mamá? — preguntó con voz ronca. Los sirvientes entraron en la habitación para dejarle el desayuno. Helena sonrió de lado y con la inocencia que tiene una niña de cuatro años, tomó la caja que estaba en el piso y la dejó a su lado.

— Mamá se fue después de que vio este regalo que es para ti — Alexander abrió la caja, por el perfume que desprende está seguro que una de sus ex novias la envió. — ¿Tú le regalaste esto a mamá? Es realmente bonito. ¿Me comprarás uno a mi también? —

Alexander se puso en pie de inmediato al ver el contenido de la caja, pero su hija parece estar divertida con un par de sostenes que alguien envió para él y no solo eso, esa mujer envió sus fotos desnuda. Gracias al universo cerró la caja antes de que su hija las viera y le ordeno a un sirviente tirarla a la basura. Caminó de un lado a otro buscando a Vanessa por la habitación.

— ¡Ya te dije que no esta! Mamá se enojó mucho contigo, ella me dio miedo... hasta se llevo su ropa -—

Casi se vuelve loco al escuchar eso. Tomó a las gemelas en brazos cuando comenzaron a llorar y al igual que hace malabarista, les dio su biberón. Pero definitivamente su corazón se detuvo al ver que una gran parte de la ropa de Vanessa no está. Hay espacios vacíos y para ella, la ropa es demasiado importante. Helena regresó a ver su película sin entender nada.