Capitulo 32

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Vanessa

Vanessa se miró delante del espejo del baño. No puede creer que el ajustado vestido pueda quedarle. Se fija en como se adecua a su cuerpo como una segunda piel, hace unos meses se sentiría hermosa pero ahora solo quiere ir a casa y ponerse pijama. Respira con dificultad por el vestido tan ajustado, se está arrepintiendo de habérselo puesto, su vientre está un poco inflamado, puede ser por los nervios. Esta sufriendo con este vestido porque no quiere verse como la amante derrotada y triste. Deben verla bella como siempre.

Bajó la vista hacia su mano para ver el anillo de compromiso de la madre de Ishaq. Su familia nunca aceptará que se casé con una occidental, todos esos árabes la detestan y al recordar a Ishaq discutiendo con su padre siente un dolor en el pecho. Pero no puede ocultar que el simple hecho de saber que Alexander caminará hasta el altar la hace sentir enferma de celos.

No quería venir a la aburrida cena de médicos, pero su novio insistió y para ella es mejor a quedarse en su habitación viendo la boda real por televisión. Mojó su rostro con cuidado y tomó una gran respiración antes de salir de nuevo a la cena. Pero al comenzar a caminar por el oscuro pasillo, ni su ajustado vestido, ni sus altas zapatillas la están ayudando. Se tambaleó un poco al sentir un mareo. No quiere hacer el ridículo de nuevo. Así que rápidamente se sostiene del alféizar de la ventana, toma asiento en el pequeño espacio y cierra los ojos esperando que los síntomas se pasen.

— Hola — escuchó por el eco del pasillo. Abrió los ojos creyendo que ante ella estaba un espejismo a causa de mareo. Pero no, ahí esta Alexander, no con su prometida, sino como un rey en medio del pasillo — ¿Te sientes bien? —

Vanessa sonrió para quitarle importancia y se acomodo en su asiento para reducir la presión del vestido. En cualquier momento un botón saldrá volando.

— Estoy bien —  se muestra raramente preocupado — Creí que seguía molesto conmigo, supongo que aún me odias. No te atrevas a decir que no, me prohiniste la entrada al palacio.

Alexander sonrió de lado dejándola sin aliento durante unos segundos. El contraste del oscuro pasillo le da un aire un tanto misterioso. Pero nada ayuda a sus locas hormonas, ni su ajustado traje azul, ni su cabello, ni su amplia sonrisa.

— Yo prohibi tu entrada. Lo siento si mis guardias te trataron mal. Estaba equivocado respecto a ti  — se acercó hasta tomar asiento en el pequeño espacio. Sus hombros se rozan y su perfume la deja loca. — No estoy enojado contigo —

¿Como puede ser que este hombre vaya a ser de Alise?

— Esta bien. No quería que estuvieras molesto conmigo. No teníamos porque terminar así — respiró rápidamente cuando Alexander se inclinó sobre ella, esta segura que va a besarla, solo falta sentir sus labios sobre los de ella. Se puso en pie de inmediato. Su voz tiembla un poco — Me tengo que ir Alexander. Me están esperando... —

— Tu prometido puede esperar. Debemos hablar sobre algo. Es urgente, debes escucharme — la interrumpió descaradamente. Alexander se siente cómodo y se recargó sobre el muro para verla debatirse entre que es lo mejor.

— ¿Que? Nosotros solos aquí en la oscuridad, no creo que sea lo mejor. Tú y yo terminamos. Lo siento si te hice sentir mal. Lo lamentare por siempre, pero debo irme — Alexander la tomo del brazo para impedir que se vaya. Ella tiene que saber la verdad, porque al parecer aún no conoce su estado. Su rostro es molesto cuando aleja su brazo y da unos pasos hacia atrás — No voy a engañar a Ishaq de nuevo —

Se dio la media vuelta y a medio pasillos escuchó la fuerte voz de Alexander. Giró su rostro para verlo a los ojos. Esa palabra la dejo helada como una estatua.

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora