La maldicion del Rey

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Vanessa

Vanessa sabe que si no tuviera tantos hijos su vida podría ser color de rosa. Aunque Alexander casi no le guste, los niños siempre lo siguen más a él, lo persiguen por el palacio hasta que lo encuentran y poco les importa interrumpirlo en alguna sesión, pero ahora que no esta, todos esos seis niños  tiene los ojos puestos en ella.

Vanessa trato de moverse entre las sábanas de su cama pero tiene seis pequeños cuerpos sobre ella, se supone que los niños ya deberían de domir solos en su habitacion,Vanessa y los niños pasaron toda una tarde deformando sus habitaciones para que por fin no molesten a ella y a Alexander en medio se la noche, eso es lo que pasa con los pequeños príncipes, se les enseña a que sus papás no estarán todo el tiempo, pero Vanessa no pudo resistirce cuando sus hijos le han pedido dormir con ella, sus pequeños rostros con miedo a dormir solos, abrazados a sus osos de peluches  rogando por dormir con ella, asi que ahora todos estan aprentados y hechos una bola de peluches y almohadas en la cama, si Alexander viera esto se moletaria.

Qué se enoje, a ella le dolieron tener a esos bebés, son sus pequeños y adorables rubios, aunque para todos sean unos demonios. 

— Alteza el primer ministro la está esperando — 

Vanessa se quito el trasero de sus gemelas de la cara para poder ver a al asesor de pie frente a su cama, apenas puede verlo porque sus gemelas son como unas pequeñas albondigas, gorditas, rosaditas y tremendamente pesadas y tambien estan locas al dormir porque se mueven por toda la cama, Vanessa abrió los ojos al ver que los cojines de la cama salen volando porque Helena esta furiosa y el asesor no se va de ahí, es como un pequeño extraterrestre rubio con su cabello desecho por el sueño  y su pijama rosada, es tan pequeñita, que sus intentos por arrojar los cojines son inútiles, pero intenta defender a su mamá. 

— ¡Vete, quiero seguir durmiendo! — Vanessa se paso las manos por el cabello vuelta loca por el sueño — ¿No puede hacerlo alguien mas? —

— No  — 

Vanessa frunció el ceño llena de enojo y como pudo se puso de pie tratando de no despetar a sus hijos, esas cinco copias perfectas de Alexander dormidas en las cama, porque su sexta bebé, la mas pequeña, adorable y para nada traviesa, su pequeña bella es una bebé latina y de eso no hay duda, la tomó en brazos junto a las gemelas y las recostó en sus cunas antes de que sus hermanos mayores las confundan con un oso de peluche y las maten. 

Vanessa tomó el baño mas rapido de su vida y depues después entró a su vestidor con él corazon afligido, le duele pensar que Alexander esta lejos de ella, duermiendo en otra cama, quiza sonriendo mientras ella esta aquí aferrandose a esas camisas masculinas como una novia obsesiva, quiza esta enferma, quiza su cerebro ya no piensa correctamente o simplemenete esta totalmente flechada por el rey de Inglaterra y lo que siente no es otra síntoma mas que él de enamoramiento 

Alexander es el perfecto rey, lo prepararon toda su vida para hacer esto, simpre que el primer ministro viene Alex sabe como actuar, pero Vanessa esta llena de dudas mientras se mira en el espejo, las suaves ondulaciones de su cabello finamente peinadas, el maquillaje que la hace ver hermosa y no como la mamá de seis niños que no la dejaron dormir, pero sobre todo esas elegentes joyas son las que las que la hacen ver como la reina de Inglaterra

¿Y si lo hace mal? Ella solo era una niña latina que leía cuentos de princesas junto a su ventana antes de dormir y guardaba pequeños centavos en su alcancia para algun dia visitar Londres, ahora es la reina, es la mamá de la futura reina y es quien debe hablar con el primer ministro para demostrarles a todos que no por ser mamá, doctora o latina puede ser menos reina, quiza no sabe las costumbres inglesas, esta segura que se equivocara cientos de veces, pero a fin de cuentas es la reina y puede cometar las locuras que quiera. 

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora