Vanessa
Vanessa tomó un gran respiro dejando salir aún estela de aire frío por su boca, se colgó el pesado maletín al hombro y abrazó sus libros contra su pecho. Sin poder esconderse en otro lado, comenzó a caminar por el camino empedrado hasta Kensington.
Mañana es su boda, esa grandiosa fiesta que transmitirán por televisión donde miles de personas saldrán a las calles londinenses solo para verla a ella, bueno, seguramente las mujeres sólo salgan a ver al rey.
No debería haber estado en el hospital hasta tarde y mucho menos traer trabajo a casa, pero necesita algo para distraerse y no morir de los nervios. Pero cuando los sirvientes abrieron la puerta principal una de sus tías se lanzó sobre sus brazos y la apretujo contra sí.
— ¡Mira estas tan hermosa sobrina! Estas más delgada que antes. No te preocupes son los nervios por la boda — su tía apretujo sus mejillas como cuando era una niña y solo pudo sonreír para quitársela de encima.
El palacio de Kensington está llenó por su familia. Sus primas corren de un lado a otro con sus elegantes vestidos en las manos, su abuela prueba su floral tocado y su madre platica con todos sobre su maquillaje.
¿Y sus bebés?
— ¿Mamá donde están mis bebés? — le pregunto después de recibir cientos de abrazos y felicitaciones. Su madre apenas y le pone atención porque platica con sus amigas por teléfono sobre la boda.
— Cariño, toda la familia de México está aquí. No te preocupes todas estarán vestidas igual que la realeza — insistió de nuevo sobre los pequeños y su madre fastidiada le contesto — No se, Vane, supongo que los tiene tu abuela. ¡Dejame hablar! —
Parece que todos están más preocupados que ella, que es la jodida novia. Refunfuño molesta y caminó por la sala hasta llegar con su abuela y sus tías. Sus bebés están despiertos, con sus ojos tan abiertos al conocer a tantas personas que a su parecer están asustados, pero su abuela los mueve de un lado a otro para enseñarselos a todos como si fueran la atracción de la feria.
— ¡Abuela los harás vomitar! — pero su abuela solo río y se los entregó en brazos para que segundos después leche batida cayera sobre su blusa — ¡Abuela! —
— No estés de mal humor,el novio no te dejará plantada en el altar — le dijo una de sus tías provocando la risa de todos.
— No estoy molesta, solo... — trato de decir pero su abuela la interrumpió.
— ¿Estas asustada por la primera noche de bodas? — su cara se puso roja como un tomate y trato de abrazar a los tres bebes al mismo tiempo — No te asustes, tu esposo tiene que conocerte. Ya sabes, tienes que conocer al tigre y hacer rechinar la cama —
Sus tías se burlaron y Vanessa enfadada de las risas de todos y posiblemente el llanto de sus hijos, se puso en pie y fue hasta su habitación lejos de todos. Donde solo hay tranquilidad. Cerró la puerta de un golpe fuerte, se quitó los zapatos y camino hasta la cama para recostar a sus bebés. Cambió su blusa por una simple pijama, que es una camisa de Alexander, la cual robó del palacio de Buckingham. Pidió la cena a su habitación y se recostó bajo las sábanas junto a sus bebés.
Mientras amamanta a su pequeño Andre, levanta su vista hacia su vestido, blanco, largo y perfecto para la esposa del rey. Mañana todos estarán pendientes de ella, de como será su vestido, si esta correctamente maquillada o si uno de sus cabellos no está bien peinado. ¡Oh dios! Esta tan nerviosa que sus manos tiemblan mientras toma a Helena y la observa poner su boquita en su pezon, su pequeñas manos se aferran a su seno, tan suaves, tan lindas.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
Storie d'amoreHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...