Vanessa
— ¿No te aburre estar siempre con el rey? —
Vanessa voltio a ver a su amiga, Barbara parece cansada y su rostro esta nostálgico mientras caminan por los pasillos del hospital, las dos cuidan sus pasos para no arruinar la escena del crimen, porque está claro que lo que se cometió en el hospital fue un crimen atroz, ya no hay enfermeros, ni paramédicos corriendo por los pasillos con camillas, tampoco hay pacientes y solo quedan batas blancas manchadas de sangre, al igual que el piso y las paredes, solo queda sangre d e inocentes muertos y Vanessa no puede evitar sentirse culpable, se mordió el labio para que se amiga no la vea llorar, porque según los asesores de la corona, las reinas no lloran, pero casi no puede evitarlo al darse cuenta que muchas personas murieron por ella.
Vanessa se recargo en la antigua recepción del hospital, recargo su mentón sobre su mano tratando de calmar su posible llanto y levanto su mirada para ver a ese rey que por fin se decidió a traerla al hospital, Alexander habla con un par de guardias, en realidad el no quería traerla, lo hizo solamente porque Vanessa le insistió demasiado, pero ahora que ya vio el hospital como un campo de exterminio, debió haberle hecho caso a Alexander y no volver hasta que hayan mejorado las cosas, como los demás médicos, pero no, ella es tan terca que ahora su consecuencia es sentirse mil veces peor que antes.
Tan solo se permitió sonreír un poco mientras mira a ese hombre que la deja suspirando cada vez que posa sus ojos azules sobre ella, ese rubio habla mientras frunce el ceño, con ese semblante frio y controlador, quizá hasta con aires de superioridad, sin duda, al verlo así, como un rey, nadie en el maldito mundo se imagina que ese Alexander autoritario con todos, es su romántico y pervertido, es el amor de su vida y su hombre favorito, a sus hijos los llena de regalos y a ella, bueno, la llena de otras cosas privadas para el oído publico pero donde su pequeño Alex está involucrado en hacerla feliz.
Quizá para la gente sea horrible la cuarentena y después del ataque al hospital los médicos se refugian en sus casa, para Vanessa ha sido su oportunidad para literalmente pasar todo el día junto a Alexander, desde la mañana hasta el anochecer, desde que las gemelas los despiertan con sus llantos y los trillizos brincar en la cama, hasta que Bella por fin se duerme a media noche y cuando todos los niños duermen aterrorizados por los horribles cuentos de Alexander, es cuando empieza su noche feliz con aquel rubio. Le gustaría que la cuarentena durara para siempre para estar todo el día persiguiendo a Alexander, porque si él no la sigue por el palacio, es ella quien va y lo molesta en su despacho haciendo enfurecer a los asesores, le importa muy poco lo que aquellos ancianos digan de ella, porque tiene que admitir que le gusta sentarse en las piernas de Alexander y hacerlo enojar mientras lo besa en el cuello y no lo deja trabajar, le gusta cuando tienen sexo en algún rincón del palacio mientras se esconden de los niños y cuando lo hace sonrojar por sus perversiones, así que en resumen, vivir con el rey no es para nada aburrido.
— Vivir con Alexander no es nada aburrido, él es el hombre perfecto para mí — Vanessa parpadeo varias veces y fingió estar un poco feliz — Pero desde lo que sucedió en el hospital y tomando en cuenta que no creo que podamos trabajar más aquí, creo que sí, la cuarentena me está volviendo loca y necesito salir —
Barbara se acercó a su lado, como buenas amigas viendo que todo delante de ellas, que ese hospital donde tantos años trabajaron se fue a la mierda
— Con seis niños todos nos volveríamos locos en esta cuarentena — Barbara sonrió de lado, como si un plan pasara por su mente — Creo amiga que ya tengo la solución para ti, vamos Vane, te conozco desde que eras una niña, reconozco esa mirada y se nota que te hace falta pasar una noche a solas con el rey —
— ¿Y qué solución tienes en mente? — pregunto Vanessa sin poder fingir su interés
— Llévalo al cinco letras —
ESTÁS LEYENDO
Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...