Abuelas Latinas

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Alexander

Alexander jamás en toda su vida pensó que la mujer con la que tendría hijos y sería madre de sus herederos, sería latina, cuando era joven, siempre prefería acostarse con jóvenes rubias y las chicas latinas no eran de su agrado, es un maldito karma, que ahora este vuelto loco por una latina fuera de lo común. 

Porqué vaya que Vanessa lo tiene hipnotizado bajó el movimiento de sus caderas, bajó el perfume de su cabello rubio y bajó el encanto total de sus labios y esta tan hechizado, que se tomó una sola noche para buscar a su chica y ver sí aún no se vuelve loca por culpa de sus adorables hijos.

Sus seis pequeños demonios rubios.

— ¡Alteza, por favor! México puede ser un lugar peligroso, no creo que debamos quedarnos aquí — su asesor camina desesperando tratando de hacerlo entrar en razón — ¡Tenemos  que irnos Majestad! No puede parar su gira de esta manera —

Alexander soltó una carcajada y le arrojó su saco a su asustado asesor. Una visita en medio de la noche, claro que es baste peligroso, pero si ya sobrevivió a la furia de su adorable chica, logrará sobrevivir un noche en México, una sola, porque al amanecer tiene que regresar de su nuevo a su hora real.

— Tienes razón esto es muy peligroso, pero estaremos aquí un par de hora , pide que preparen el avión — Alexander levantó la mirada para ver la gran casa de la casa de la abuela de Vanessa — No dejaré que mis hijos se queden aquí, regresamos a Londres. Vamos quita esa cara, esto es bastante divertido —

Alexander le sonrió burlonamente a su asesor antes de correr por el jardín de la abuela de Vanessa. Miró a todos lados tratando de buscar donde demonios duerme su chica, pero no fue difícil porque solo una habitación en la casa de invitados es la que tiene la luz encendida. Así que corrió hasta aquella habitación con cierta incertidumbre, quizá detrás de la ventana que está escalando, no esta su bella chica, sino una de sus tías, así que como un mujeriego experimentado, abrió la ventana y entro en la habitación, pero un peluche lo golpeó en la cabeza y el grito de una niña lo dejó aturdido.

— ¡Papi me asustaste! — Helena con rostro horrorizado corrió por la habitación  para arrojarse a sus brazos  — Te extrañe muchísimo ¡Mamá, papá está aquí! Te dije que volvería porque le mande un mensaje llorando. ¡Mamá nuestro plan funcionó! —

¡¿Que plan?!

Alexander caminó por la habitación, la cama improvisada, el olor a bebés, su pequeña Bella, todo esto es lo que extrañaba con ansias, estas semanas en gira soñaba con volverlos a ver, con sus rostro sonriente, pero no así. Alexander frunció el ceño para ver que por lo menos sus trillizos no tienen mucha suerte con los piñatas, Helena llora porque tiene cortes en ellas manos, Andre porque le lastimaron un dedo y Christian tiene la ceja tan hinchada que luce terriblemente mal, la única tranquila es Bella.

Alexander soltó un suspiro y comenzó a ponerle el abrigo a sus hijos para llevárselos de ahí, preparó a todos en medio de llantos de dolor y llantos con rostros consentidos y cuando escuchó el llanto de sus gemelas, Alexander se recargó en el marco de la puerta para ver como Vanessa sale del baño con las gemelas recién bañadas.

Sus bebés preferidas están ahí mirándolo con sus grandes ojos azules, con su piel brillante por las gotas de agua y sus balbuceos, con sus bracitos alzados esperando que las abrace.

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora