Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

Problemas NO típicos de un rey

Alexander

— ¡Papá! —

Alexander terminó de abotonarse la camisa y se pasó las manos por el cabello al escuchar los llantos de los niños. Ya sabía que en cuánto los niños se hubieran vistos solos en la habitación le estarían gritando con sus pequeños rostros llenos de coraje, así como ahora qué sus llantos se escuchan por todo el palacio, desgarradores y asustados porqué es la primera vez que duermen solos en su propia habitación.

Salió del vestidor y vio a Vanessa dormida con las gemelas y Bella, por un momento pensó que por fin podrían tener la cama para ellos solos, qué las bebés también se irían a sus propias habitaciones, pero fue imposible llevarse a las gemelas, Bella necesita de su mamá porque es bastante enfermiza, pero las gemelas deberían de estar en su propia habitación, sin embargo, se aferraron a la pijama de Vanessa y no hubo poder humano que pudiera alejarlas, los trillizos ni se dieron cuenta que los llevó lejos, sólo se esperó hasta que se durmieron para por fin enseñarlos a que deben dormir solos y afortunadamente él pequeño Alex tuvo su recompensa.

— ¿Alteza, quiere que nosotros vayamos con sus hijos? — Le preguntó uno de los sirvientes qué lo espera en la puerta de la habitación con él desayuno en una bandeja de plata — Las nanas pueden llevar a los herederos a su primer día de escuela y usted llegará a tiempo a su reunión en el parlamento—

Alexander negó con la cabeza y se acercó a la cama para cubrir con la sábana a Vanessa, ella está tan dormida junto a las bebés, qué ni siquiera se da cuenta que deja a la vista esa pequeña pijama de encaje que es demasido sexy y que los sirvientes no deberían de ver.

— No, yo los llevaré a la escuela, avisa que llegaré un poco tarde a la reunión, tengo problemas no típicos de un rey —

Salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí, ese sirviente tiene razón, hoy es él primer día de escuela de los trillizos, definitivamente Vanessa no quizo llevarlos, se excusó diciendo que lloraria al verlos entrar a la escuela, pero como él es el más fuerte tiene que llevarlos a la escuela aunque hoy tenga mucho trabajo, tampoco es que sea un papá sobreprotector, pero tiene que verificar que los maestros sean buenos.

Así que caminó rápidamente hasta la nueva habitación de los trillizos, esa que esta al final del pasillo y de la cual provienen todos los llantos, al entrar pudo ver los osos de peluche y respirar él olor a perfume infantil. Se acercó lo suficiente para ver a sus hijos dormidos entre las calientes sábanas de su cama y sintió mucha lástima de tener que levantarlos para salir al frío Londres, aun no descarta la idea de no llevarlos a la escuela y dejarlos seguir durmiendo, pero al remover los osos de peluche, se dio cuenta que no son ese par de rubios los que lloraban, sino Helena que está aferrada a una infinidad de osos. 

— ¡Nos dejaste aquí! — Su hija tiene los ojos completamente hinchados, rojos y llenos de lágrimas, se nota que no pudo dormir — ¡Te estuve llamando toda la noche y nunca llegaste papi! —

Alexander sonrió de lado, él palacio es muy grande, no la escuchó llorando, sino hubiera venidos por ellos a mitad de la noche.

— Lo siento Helena, pero creó que es necesario que te acostumbres a dormir en tú habitación — Alexander se sentó a su lado y le limpió las lágrimas de sus suaves mejillas— Además, no dormiste sola, aquí están tus hermanos y si quieres podemos decorar éste lugar como tú quieras —

Helena negó con la cabeza, esta tan triste que no puede dejar de llorar, su voz es entrecortada y está seguro de que si la llevará con Vanessa, su hija se dormiría al momento porqué se nota que no cerró sus ojos en toda la noche.