Capítulo especial. La cabaña del horror.

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Alexander

Alexander detuvo su camioneta afuera del hospital general de Londres y se recargó en el volante mientras mira a los doctores pasar de un lado a otro esperando que esa doctora que le quita el sueño salga de una vez por todas con una amplia sonrisa. Alexander casi nunca viene al hospital, es lo malo de ser rey, si fuera cualquier persona podría bajarse del auto y esperarla con una amplia sonrisa, pero no, asi que lo unico que pude hacer es ver pasar a esos aburridos médicos y mirar por el retrovisor a las gemelas en su portabebé, mirándolo como si se burlaran de él.  

Nunca tuvo tantas ganas de verla como hoy, es como un amor obsesivo al que necesita ver con desesperación. No importa si ella no le habla o lo mira furiosa, solo necesita saber si esta bien. Quizá es un efecto secundario de la pérdida de un bebé porque Alexander jamás en su vida había pasado por algo parecido, en ningún momento de su vida se imaginó perdiendo a un bebé, nadie aparte de ellos dos sabían que esperaban un nuevo bebé, ni los niños se lo imaginaban, por eso es tan extraño que Vanessa no haya soltado ninguna sola lágrima en todos estos días, no es que la imaginará tirada en su cama llorando desconsoladamente,  ¡perdieron un bebé! Pero Vanessa no hizo nada, ni gritó, ni se molestó, ni siquiera lloro, es como si nunca hubiera estado embarazada. 

No es como que fuera un bebé recién nacido y el vientre de Vanessa ni siquiera había crecido, pero le duele decir que tenía esa ilusión que solo tiene un papá de tener un bebé nuevo y por fin llamarlo como él siempre quiso, Ana Bolena o Elizabeth, ahora no podrá llamar a nadie así y tampoco tiene un bebé en camino.

— ¡Vanessa! — Alexander tuvo que salir corriendo de su camioneta para alcanzar a esa doctora que camina rápido entre la gente, parece que no lo escucha, sigue caminando, moviendo sus caderas de forma provocativa — ¡Espera! —

Alexander tuvo que tomarla del brazo para detenerla, mantuvo su agarre sin tanta fuerza, no quiere asustarla y que piense que está molesto con ella, porque las mujeres cuando pierden un bebé están sensibles y Alexander quiere hacer todo lo que no hizo hace años, quiere abrazarla y decirle que no pasa nada, que llore, que le grite, pero Vanessa solo se dio la media vuelta y frunció el ceño molesta y cuando se dio cuenta que era él, hablando su mirada y se quitó los audífonos un poco asustada. 

— ¿Le pasó algo a los niños?  —lo miró asustada  —¿Qué haces aquí Alex? Tú nunca vienes, odias los hospitales y siempre tienes trabajo ¿lo recuerdas? —

Alexander la miró detalladamente, se ve tan reluciente y con sus mejillas sonrojadas que nadie sospecha que hace días perdió a su pequeña Adele, pero Alexander la conoce tan bien que sabe que se está haciendo la fuerte solo por los niños. Solo duro unas horas en cama, sin decir nada y por la mañana tomó un baño, se maquilló y siguió en su vida como si nada pasará, incluso llevó a los niños al cine ese mismo día. Pero esta vez tiene que ser diferente, hace años no estuvo con ella cuando perdió su bebé, ahora no tiene que llevar todo el problema ella sola. Alexander paso su brazo sobre sus hombros y le quitó la mochila llena de libros antes de caminar con ella a su lado. 

— No le pasa nada a los niños — sonrió ampliamente — Solo vine a verte,  queria saber como estabas ¿Quieres ir a cenar, a bailar o algún otro lugar? —

 — Estoy bien Alex, no me pasa nada — Vanessa rodó los ojos molesta — Deja de seguirme como si fuera una enferma mental, solo perdi un bebé. Estoy bien de verdad, no me siento mal. Mírame, estoy igual que antes. Estoy tan bien que hoy saldre con mi amiga a un bar, ya se que no querrás ir porque los reyes siempre están ocupados —

Vanessa se soltó de su agarre y entró a la camioneta sin decir nada más. Claro que está rara, está diferente, callada, seria y no quiere hablar, es como si estuviera furiosa. Alexander tomó un gran respiro y subió a su camioneta antes de que esa doctora furiosa lo abandone en medio de un hospital. No es un hombre cursi, es bastante frío, pero es el mes del amor, esta vez quiere intentar algo diferente, le gustaría pasar todo el día abrazado a ella, quizá llenarle su habitación de rosas, no eso no, Vane lo odiaría, más bien llevarla a cenar esas horribles hamburguesas, acompañarla a tomar esas asquerosas cervezas y despues tener sexo en el auto, así como a ella le gusta. 

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora