Vanessa
Cuando Vanessa esta concentrada en una cirugía, no existe nada en el mundo que la distraiga, bueno solo los llantos de sus hijos pero ellos no están, así que su mirada está concentrada en un solo lugar, en abrir, cortar y cerrar un cerebro.
Pero ahora no puede concentrarse en su trabajo porque un jodido rey está de pie junto a la puerta del quirófano con una sonrisa socarrona y esos malditos ojos azules llenos de diversión. Vaya que Vanessa tiene mucha paciencia, pero ese rey está invadiendo su espacio con esa mirada intensa y luce tan atractivo que ni las enfermeras hacen bien su trabajo por estar parloteando lo guapo que está el rey de Inglaterra.
Vanessa está tan furiosa y enojada, que aferró el bisturí a su mano y giró su vista para ver a ese rubio Inglés que siempre la interrumpe.
— ¡Por dios! Vete Alexander — Vanessa lo miró con desesperación, pero Alex solo la mira con burla — ¿No te irás de aquí? —
— No —
Vanessa soltó una gran suspiro, dejó los instrumentos a un lado y aunque no le gusta, otra doctor se hará cargo de su cirugía, del trabajo que tanto le costó sólo porque todo el mundo se siente incómodo de tener a un rey mirándolos detalladamente. Salió del quirófano hecha una furia, están tan enojada que hasta las enfermeras se alejaron de ella, se quitó el gorro, los guantes y el cubrebocas mientras camina de un lado a otro del pasillo con las mejillas rojas se coraje y las manos en sus cadera.
— ¡¿Que demonios quieres Alexander?! — lo señalo con el dedo y entrecerro los ojos — ¿Acaso Bella no para de llorar? ¡Lo siento por irme del palacio sin decirte y dejarte a cargo de los niños! Pero tengo que volver a una cirugía y si no me dices que haces aquí enamorándo a mis enfermeras...—
Alexander la tomó de las mejillas sin previo aviso y la hizo callar con un rápido y suave beso en los labios.
— ¿Enamorar enfermeras? Bueno, es una consecuencia de ser un hombre muy atractivo ¿Que culpa tengo yo de ser tan guapo? — Alexander soltó una carcajada y sus ojos se llenaron de un brillo especial — Lamentablemente mi tiempo como mujeriego se acabó, esta vez yo solo vengo a robarme una doctora —
Vanessa frunció el ceño confundida.
— ¿Vienes a robarme? — Vanessa se resguardó en la pared del pasillo para verlo seriamente — ¿Para que quieres robarme? Nos vamos a ver en la noche Alex, claro, a menos que me extrañes demasiado y no puedas vivir sin mi dos jodidas horas — Vanessa se cruzo de brazos molesta — Todos creen que eres el rey perfecto, caballeroso y romántico, pero yo se que eres un... pervertido, solo puedo pensar que quieres robarme para algo relacionado con sexo —
Pero Alexander soltó una carcajada y la miro como si ella fuera la pervertida. ¡¿Enserio?! Alexander es él que se pasa el día siguiendola como un prostituto por todo el palacio, quizá no tener sexo durante la cuarentena si lo afecto, porque a Vanessa le quedo bastante claro que los hombres sufren demasiado en la cuarentena, a parte de dejarlo cuidando a los seis niños, lo deja esperando y se burlaba de él cuando Alexander a media noche tenía que complacerse en el baño.
Pero en cuanto se acabo la cuarentena, Alexander le ha dejado muy claro porque tienen tantos hijos. Vanessa no pudo evitar sonrojarse cuando Alexander la pilló mirándolo, pero como no hacerlo si luce demasiado atractivo en medio del pasillos del hospital, tan diferente a todos los aburridos médicos, con su cabello rubio reluciente, los atractivos hoyuelos en sus mejillas y sobre todo esos dulces labios formando una sonrisa.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...