Vanessa
— ¿Mamá me haces un huevito? —
Por un momento Vanessa pensó que esa voz infantil era un simple sueño, sería imposible que alguno de sus hijos pidiera un huevito, vamos, que sus bendiciones no comen eso en Buckingham, comerán pastelillos, cereal y verduras, pero ella jamás les da huevito...hasta que recordó que sus hijos pasan mucho tiempo con su abuela y eso la obligó a abrir los ojos para darse cuenta que no es un sueño y que su pequeño Christian está de pie junto a la cama esperando a que su mamá le dé desayunar.
Pero está es la cruda realidad de las mamás, porque aunque Vanessa quisiera seguir dormida, tuvo que abrir los ojos para ver a su pequeño rubio.
— Vamos Christian, dile a uno se los sirvientes que te haga el desayuno solo por esta vez ¿Si? —
Vanessa rodó en la cama y se cubrió con las sábanas que aún tiene los recuerdo de la noche anterior, como el rico aroma de Alexander, esa esencia masculina que ya tiene impregnada en su piel, sería tonto decir que no huele a Alexander, porque lo hace, siempre termina oliendo a esa fragancia masculina que las enloquece a ella y a sus hijas, porque Vanessa ya no necesita pijama, para eso tiene las camisas de Alexander, por eso sus sueños siempre son cálidos mientras se imagina a Alexander junto a ella y cuando de verdad entra a hurtadillas a su habitación a medianoche después de una cena en el palacio, sentirlo cerca la hace tremendamente feliz.
— No hay nadie en la casa mami, no hay sirvientes como en Buckingham —
¿Como demonios no va hay sirvientes? Son los reyes de Inglaterra, siempre tienen a se sequito de sirvientes detras de ellos como almas en pena. De verdad que Vanessa no puede levantarse de la cama, le duele abrir los ojos y él siemple hecho de ponerse en pie la hace sentir demasiado mal y terminó ahogando su voz entre las almohadas.
— ¿Y si le dices a tú papá? —
— No está, papi no está y tenemos mucha hambre, abuela siempre nos prepara un huevito con chocomilk para desayunar cuando tú estas trabajando en el hospital — Christian casi le suplica con la mirada, se ve adorable, tanto, que es imposible decirle que no — Por favor, tengo mucha hambre —
Vanessa miró a su hijo y ese instinto maternal la impulsó a levantarse de la cama, de verdad que no quería salir de este cómodo lugar, porque después de una noche de sexo siempre le gusta quedarse hasta tarde dormida, esta vez es aún mil veces peor, porque la cama a su lado está vacía y él muy tonto de Alexander la dejó sola sabiendo que tiene un terrible dolor de trasero, de verdad que no está mintiendo pero le duele tanto el trasero que esa es la razón principal por la que no quería levantarse de la cama, pero jamás le negaría algo a sus hijos, menos cuando su pequeño Christian luce precioso, tan adorable con su pijama de bebé y sus mejillas rosadas.
— Te haré todos los huevitos que quieras, precioso — Vanessa se pasó las manos por el cabello, se levantó y tomó a su hijo de la mano para salir de la habitación — Seguramente no me salgan iguales a los de tú abuela, pero intentaré que salgan deliciosos —
Su pequeño Christian asintió y eso la hizo muy feliz, Andre y Helena son demasiado exigentes con sus desayunos, pero Christian es un adorable terrón de azúcar que siempre tiene que aguantar los ataque de locura de su mamá cuando quiere comérselo a besos.
Christian la jalo dela mano y la obligó a mirarlo, su bebé tiene sus ojos azules lleno de duda.
— ¿Mami porque caminas así? — Christian frunció el ceño — ¿Te caíste de la cama? —
Vanessa soltó una carcajada y cuando llegaron a la cocina sentó a su hijo en el banco mientras le dio un grandísimo beso en la mejilla
— No, sólo no pude dormir bien porque un monstruo horrible me estuvo molestando toda la noche —
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...