Capitulo especial. Ese maldito doctor.

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Alexander

Alexander nunca ha sido de esos hombres que siguen a sus parejas y espían sus celulares, de verdad que no lo era y no lo es hasta que la noche anterior su propia hija le dijo esas palabras y ahora no puede dormir si no espía a Vanessa.

¡Dios, de verdad si esta enloqueciendo!

Dejó su importante reunión solo para estar aquí escondido en el estacionamiento esperando que nadie reconozca un horrible carro que le quitó a uno de sus guardias, porque si trajera sus cosas Vanessa lo descubriría, incluso dejó su costoso traje por una ropa horrible de hombre sin dinero y tiene que tolerar el sonido molesto de las ambulancias, todo para darse cuenta si ese doctor le coquetea a Vanessa.

No es que sea celoso pero le gusta cuidar lo que es suyo, ya saben, no puede negar que Vanessa puede resultar atractiva para muchos hombres y él, tiene que cuidar que nadie se le acerque. Ningún hombre puede remplazar su lugar, vaya, que le costó mucho llegar hasta este punto, así que no lo concidera como celos enfermizos.

No puede dejar de mirar la puerta principal del hospital. Se aferra al volante y levanta la cara buscando a esa doctora por todas partes, detesta el hospital, sino hubiera tanta gente cinando de un lado a otro, la encontraría rápido, pero pasan enfermos, enfermeras e internos y no hay ni un rastro de Vanessa.

Ni siquiera porque parece un hombre común y corriente el trabajo lo deja en paz, su celular no deja de sonar. Alexander se pasó las manos por el cabello y consteto la llamada.

— ¿Tu golpeaste a Camile? ¡Eres un maldito Alexander, yo te enseñé a no golpear a las mujeres! — la voz de su madre sonó eufórica. Sonrió de lado y frunció el ceño. Su madre está loca, seria imposible que golpeará a una mujer — Tú auto estaba junto a su casa. Le destrozaste la nariz Alexander y esta aterrada en Berlín —

Debería de terminar la llamada de su madre, no tiene de que hablar con ella, mucho menos cuando por si culpa, lo abandonaron en Buckingham y tiene que buscar a Vanessa como novios. No puede dejar de pensar ¿Cómo diablos su auto estaba afuera de la casa de Camile?

— Imposible mi auto no estaba ahí... — Se quedó callado al recordar que le presto su auto a su esposa. Soltó una carcajada, seria imposible que Vanessa hiciera algo como eso. ¿Golpear a alguien? Pero si ella es tan tierna, no podría ni golpear a un animal.

Pero ciertamente no terminó la llamada por las cosas tan estupidas que dice su madre, sino porque esta seguro que escuchó la voz fina y delicada de su hija, claro que reconoce la voz dramática de Helena en cualquier lugar, ella es la reina del drama desde pequeña, así que su voz tiene ese toque que no puede olvidar. Hizo el celular a un lado y levantó la vista.

— ¿Me puedes llevar al parque? Tu eres muy divertido y puedes pasar mucho tiempo con nosotros — Helena sonríe contenta — Si, también quiero un helado, es que yo no tengo tiempo para jugar con mi papá, él siempre esta ocupado porque es el rey —

¡Oh sí, esta furioso, lleno de ira y todo lo que tenga que ver con coraje!

Ese maldito doctor toma de la mano a Helena, los dos sonrientes como si fueran padre e hija. ¿Que no tiene tiempo para ella? Pero si es con la única de sus hijos con la que pasamos tiempo, quizá no puede llevarla a un parque y esas cosas que no puede hacer un rey, pero malditasea lo está haciendo enojar. Lo que lo hizo enloquecer fue verlo abrazando a sus bebés, sus gemelas son suyas y de nadie más y ese doctor las abraza como si las conociera, con confianza y cariño. Esta bien que él no sea el papá ideal, es el rey y no puede hacer todas las cosas que Helena quiere, pero se esfuerza todo lo que puede y no va a dejar que ese doctor le quite a sus hijas solo porque ese hombre si puede llevarlas al parque. Alexander estuvo a punto de bajarse del auto y arrebatarle a sus hijas y sobre todo a sus gemelas, esa regordetas y rosadas bebes, no tienen porque estar con nadie más.

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora