Alexander
— ¿Y sí soy hijo de un doctor? Así sabría porque me gustan tanto los hospitales — Andre soltó un fuerte suspiró y se recargó en su asiento con las mejillas sonrojadas por el frío invernal y sus mechones rubios caen por su frente tan dorados cómo los de sus hermanos — Es que me gustan mucho los hospitales y tus los odias ¿Seguro que tú eres mi papá? —
¡¿Qué?!
Alexander en cuánto escuchó eso dejó de hablar con sus asesores y miró a su hijo ¿Está loco? Quizá la temperatura de 38 grados ya lo dejó mal de la cabeza cómo a sus hermanas porqué las gemelas y Bella hablaban cosas sin razón en plena madrugada, aunque es imposible que su hijo diga algo así, puede que sea muy inteligente pero sus preguntas horrorizan.
Alexander volvió a verlo y se dio cuenta que tiene que guardar su mal humor para después, si hubiera sido un asesor le habría gritado llenó de coraje o peor aún, despedido al instante, pero es su hijo y sólo es un niño demasiado curioso que siempre tiene preguntas extrañas.
Quizá solo es un esperma defectuoso...
Ordenó que sus asesores tomarán asiento en la esquina más lejana de la sala de espera del hospital para tener un momento a solas con su hijo, aunque nada a su alrededor le quita el mal humor, para empezar odia los hospitales y a las malditas enfermeras que se ven más feas que el diablo por su mal humor, pero solo está aquí porqué Andre no podía estar sin su mamá, además, es una estupidez dejar a un niño solo dentro de un hospital.
Se quitó esa corona imaginaria, y dejó de ser un rey para jugar al papel de papá.
— Tú eres mi hijo Andre, no de ningún médico — Dijo con una media sonrisa tratando de agradarle a ese niño — ¿Qué no ves que somos físicamente muy parecidos? Pero mentalmente digamos... bueno, tú eres algo diferente a todos, pero eso no es malo, eso te hace muy especial —
Andre levantó su mirada y la puso en él, aunque aún se sigue viendo tan pequeño en aquella silla de hospital, antes Alexander pasaba horas en la sala de espera rodeado de bellas enfermeras mientras esperaba a que saliera una doctora, ahora, mira fijamente a un niño que es la copia perfecta de su mamá y que siempre lo hace quebrarse la cabeza con sus preguntas.
— Papi pero es que nosotros no somos nada parecidos, tú y Christian adoran los juegos rudos y jugar polo y a mi me gustan los libros y, una vez escuché como le dijiste a mamá que yo era tan distinto, raro cómo un loquito — Andre frunció el ceño confundido — Por eso creo que Sheppard es mi papá, porque él me ayuda a terminar mis cubos de rubik y siempre me regala libros y rompecabezas, pero no te enojes conmigo por pensar eso papi —
Alexander lo miró horrorizado, pero suaviso sus facciones al hablar, aunque por dentro se está muriendo de coraje.
— ¿Creés que ese doctor sería mejor papá para ti? —
Andre batió sus pestañas y sus ojos azules se llenaron de brillo.
— A veces creo que si, porqué siempre hace reír a mamá con sus bromas y sus flores en el consultorio, a mi me explica muchas cosas del hospital, además me pasea en las camilla por los pasillos — Alexander sintió unos celos tan inmensos que aferró sus manos hechas puño al asiento, pero se contuvo porque Andre está a su lado — Pero tú eres mi papá, y aunque eres él rey, siempre eres muy divertido y te quiero mucho —
Sin decir nada, Andre de repente se hecho a sus brazos y recostó su cabeza sobre su hombro, vaya qué es una sorpresa porqué Andre siempre es más distante con él, menos con su mamá por supuesto, pero a él nunca lo abraza, por lo menos no cómo sus hermanos, y es que su hijo es muy reservado con sus sentimientos.

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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...