Vanessa
— ¡He dicho que no quiero usar la maldita corona! —
Alexander alejó tan fuerte al sirviente que su corona cayó al piso tronando al igual que una zapatilla de cristal y esparciendo miles de joyas, rodando junto a los pies de su abuela. Otra cosa más para arruinar su día.
— ¡Carajo! — gritó molesto y furioso. ¿Como no debería de estarlo? Si todo lo que hace para recuperar a su familia está mal. Si lleva flores son las más feas, si se queda durante la cena es un idiota y si quiere besarla es un depravado...
Alexander levantó la vista y miró a su alrededor, es horrible, el palacio cuando no están sus hijos es espantoso. No deberían de escucharlo decir esto, pero los necesita aquí, es como si se estuviera volviendo loco solo de ver esos serios rostros de los sirvientes, los guardias que custodian Buckingham sin decir nada y las malditas sonrisas falsas de su familia.
Necesita con urgencia que sus hijos lo molesten todo el día, necesita sentirse preocupado por Andre si se lastima un brazo o si Christian ya está enamorado de otra niña, que Helena lo despierte a medianoche para ayudarla a ir al baño y que las gemelas vomiten siempre sobre su traje, pero sobre todo necesita escuchar las risas de Vanessa, no escuchar eso lo están volviendo loco y paranoico.
— Tienes el carácter de mil demonios— su abuela tomó la corona con dificultad y la dejo sobre el cojín rojo, esperando que puedan arreglarla de nuevo — ¿Que te pasa? ¿Ya no te gusta ser el rey? Podrías dejarle la corona a tu hija.
— ¡¿Enserio abuela?! — Alexander soltó una risa sarcástica y se sirvió un poco de vino para calmar su furia — ¡Mi hija tiene cuatro años! Seria una estupidez dejarle Inglaterra a una niña
— Ya se que te pasa querido nieto. Tu estás así porque Vanessa te dejó — su abuela soltó una carcajada — No te atrevas a decir que no es eso. Porque yo se que un doctor es quien te está haciendo tener tan mal humor. Debo de reconocer que ese doctor es muy apuesto —
Alexander tomó asiento en el sillón y soltó un suspiro, parece como si fuera un hombre derrotado a punto de perder a su damisela en peligro. Después de tener la cena más incómoda de su vida, de tener que ver como ese doctor quería encajarle el bisturí en el cuello para quedarse con su esposa, creyó que Vanessa lo dejaría dormir con ella, ya saben, disfrutar de nuevo de los placeres de la vida, de dormir junto a ella, quizá si es mucho pedir de estar entre sus piernas, pero no fue así. Vanessa lo dejó dormir con todos los niños, todos encima de él, aplastando a las gemelas, fue una noche horrible, porque despertó orinado y fue muy difícil saber quien de todos se hizo pipí sobre su papá.
— Yo... siento que cada cosa que hago en lugar de atraerla más hacia el palacio, lo único que hago es alejarla. Si le hablo se enfurece, si quiero platicar con ella me ignora, la invito a las cenas de Estado y no viene, y si por algo intento entrar a su casa me amenaza con llamar a la policía. ¡A mi, yo soy el rey! — Alexander negó con la cabeza y volvió a beber ese vino que le hace olvidar todo — Siento que a Vanessa le gusta ese doctor, es diferente a mi, el si puede entender cuando ella habla y habla de sus operaciones. Quizá lo nuestro ya no funciona —
— ¡Estas loco! Lo único que te hace falta es aprender — La reina dejo varios libros sobre el escritorio, pesados, grandes y espantosos — Lo que te hace falta no es aprender a ser rey, sino aprender de medicina, así ese tal Sheppard no te podrá ganar en nada. —
Alexander ama leer todo tipo de libros, documentos y esas cosas, pero por fin entendió porque es tan diferente a Vanessa, ella esta loca por leer este tipo de libros. Alexander pasó toda la mañana tratando de comptender términos medicos, paso horas mirando fotos de cirugías y al final de la mañana se dio cuenta que era mejor ver una famosa serie de doctores, que tratar de aprender medicina.
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Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]
RomanceHan pasado 3 años desde la última vez que el príncipe Alexander sintió su corazón latir por una mujer, es tan mujeriego que todas las mujeres de Inglaterra quieren tenerlo. Ahora está a unos meses de casarse, pero cuando la corona de Inglaterra cayó...